LA SOCIEDAD QUE NO PERDONA
10 de febrero de 2009
En diciembre de 2007, la
afamada competidora Marion Jones, la primera atleta de campo y
pista en ganar cinco medallas en una misma edición de una justa
olímpica, fue despojada de ellas debido a que una investigación
arrojó que había estado usando sustancias prohibidas. La
profunda angustia que mostró cuando las cadenas televisivas
norteamericanas la entrevistaban después de haber sido despojada
de las medallas, de su gloria, de su presente, pasado y futuro,
conmovieron a más de uno.
A Michael Phelps,
ganador de ocho medallas de oro, hazaña nunca antes lograda por
atleta alguno en competencias olímpicas, lo sancionaron porque
se divulgó una foto en la que aparecía fumando marihuana.
Mark McGwire, Barry
Bonds, Roger Clemens y otras estrellas del baseball también
están en la palestra pública debido a acusaciones por el uso de
sustancias controladas. Clemens, también por perjurio.
Ahora le tocó el turno a
Alex Rodriguez.
Por lo que se puede ver,
nadie se salva del monstruo norteamericano ni de su fétida doble
moral que guarda los trapos sucios para sacarlos cuando mejor le
convenga. Vistas así las cosas, hay que colegir que todos y
cada uno de los que tienen la fortaleza o la dicha de sacar la
cabeza por encima de los demás, se la cortan más tarde que
temprano.
A pesar de no ser un
seguidor al ciento por ciento de la pelota, y de no importarme
en lo absoluto si Alex jugará con el equipo criollo o no en el
campeonato mundial venidero, lo que le han hecho al nombrarlo
solo y no así a los ciento tres jugadores más que dieron
positivo en las pruebas es muy lamentable. Lo hicieron porque
prefirió jugar para el equipo criollo? No creo.
Aunque siempre he
sostenido que las hazañas de los peloteros dominicanos son como
la masturbación a decir de Gabriel García Marquez; "una
diversión sin porvenir", debido a que deberían invertir
parte de sus ingresos, no migajas, en su país, me conmovió
sobremanera la cara triste y desolada de Alex cuando era
entrevistado por ESPN cuando casi entre sollozos decía; "eran
otros tiempos, una cultura diferente..., yo era joven y fue algo
estúpido..., lo lamento y estoy muy arrepentido". Tremendo
chasco ese después de andar supuestamente de brazos de la
Marilin Monroe moderna disfrutando de la dolce vita emulando a
su compatriota Rubirosa.
La lección que deben
aprender todos es que nadie se salva de una sociedad trastornada
por el sensacionalismo que indudablemente no admite el triunfo
ajeno por mucho tiempo sin que sus sabuesos hurguen en las
profundidades. Pero, “el que esté libre de pecados, que
tire la primera piedra” de este mundo nadie ha salido vivo que
se sepa.
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