LA OBRA MADRE
DE PUERTO PLATA (2do de muchos)
Por: Luis H. Canela
14 de Octubre de 2009
La prioridad de Puerto
Plata es el muelle turístico. La calamidad por la que atraviesa
el turismo se
materializa en
los clamores de todos los sectores que dependen directamente de
esta actividad y de los que no. Es bien sabido que el desempleo
se convierte en pobreza, en indigencia
y finalmente en delincuencia.
Actualmente cientos de familias carecen de lo básico, sobreviven
no se sabe cómo.
Aunque algunos nos
acusen de necios, la actividad que dentro del Simposio sobre
Arquitectura Turística, cuyo objetivo es convertir el centro
histórico de Puerto Plata en una oferta complementaria para el
turismo, celebrada durante el fin de semana pasado, aporta poco
en estos momentos. Hemos dicho, --en
estos momentos--.
Cualquiera diría que
somos inconscientes, desconsiderados, que no valoramos el
esfuerzo de turismo y de toda la gente que trabajó en esa
magnífica actividad que por su
colorido bien pudo haberse confundido con la entrega de la
corona a mis universo. Los que
quieran entenderlo así que lo entienda, en nuestro interior lo
que estamos pensando es que la precaria situación, cuya causa es
la ausencia de clientes, la crisis por la que está atravesando
la industria en todos los niveles en todos los lugares,
incluyendo la todopoderosa envanecida región este del país,
debería mover a reflexión. ¿A
cuales turistas se les va a mostrar la oferta complementaria? ¿A
los de Playa Dorada? ¿A los de Cofresí o los de Maimón? ¿Donde
están?
Dudamos mucho que esos
escasos turistas secuestrados por el “todo incluido” sean los
que motoricen el comercio del
Centro Histórico.
Debería darnos pena y
vergüenza que no hayamos podido desarrollar nuestra prioridad.
El fracaso de cada autoridad que ha detentado el poder
en Puerto Plata durante los últimos
treinta años, sea la de gobernador, senador, diputado,
regidor, síndico, se refleja en el
desamparo económico de la mayoría, nuestra mayoría, que al
parecer no tiene quien le escriba. Por buenas que haya sido esas
gestiones, lo importante, lo trascendental, lo vital para esta
comunidad, no se ha hecho.
Nosotros no tenemos
agricultura, avicultura, la escaza ganadería apenas rinde para
mantener algunos campesinos
hambrientos, no exportamos nada a no
ser servicio. ¿En qué es que estamos pensando? ¿En que llegará
un mago que nos resuelva los problemas?
El muelle turístico
hay que desarrollarlo caiga quien caiga, duélale a quien le
duela.
Tres veces cada día
deberíamos clamar al todopoderoso porque aparezca un gobierno
responsable, autoridades locales comprometidas, que detecten con
tiempo la intromisión de intereses particulares, de
chismes y patrañas emanadas de los cerebros sin vida de
los malos puertoplateños
cuya perversidad maquiavélica
detiene toda iniciativa tendente a
la construcción de ese muelle.
El muelle turístico
debería concitar los más encumbrados discursos y las más
implacables protestas
de los ciudadanos de esta provincia. El
juguete de cada niño que nace debería ser un pequeño barco
crucero y un muelle. De esa forma tal vez las generaciones
venideras salven de la ignominia, vergüenza y deshonor a la
generación presente que
no ha tenido la valentía de construir para el futuro.
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