DESTILANDO
El 7 de enero, una "hipolitada" más
Se dice que el “ingenio”, el “cerebro”, la
“material gris” que creó el disparate de modificar la hora
durante el gobierno de Hipólito Mejía, es la misma mente
“preclara” que se inventó una convención un siete (7) de enero.
Hay quienes identifican este personaje como Hipólito Mejía, por
lo que cuando hablamos del cambio de hora y del siete de enero,
estamos hablando de una “hipolitada”. O hablamos del producto de
un cerebro con poca materia gris, pero con gran cantidad de alas
de cucarachas.
¿Y a quién se le ocurre colocar un evento
tan trascedental como una convención para seleccionar el
candidato presidencial de un partido un siete de enero, un día
después de Reyes, etapa final de las navidades dominicanas? O
estamos frente a una burrada, o de una artimaña de los
tremendistas del PPH buscando montar un matadero electoral e
imponer al MVP americano.
La Dra., Milagros Ortiz Bosch, en el
momento de esa hipolitada, se vio obligada aceptar esa fecha,
bajo la presión del chantaje, de que si exigía una fecha
diferente lo hacia porque se sentía derrotada por el MVP. Fue un
error dejarse dominar por este chantaje, porque evidentemente
que una convención presidencial no se prepara de la noche a la
mañana, a menos que lo que se quiera montar sea un “matadero
electoral”.
El siete de enero, como fecha de una
convención, es un absurdo, un huevo que sólo lo puede poner el
célebre PPH con Hipólito a la cabeza. No es Milagros Ortiz Bosch
y su Corriente Unitaria la que promueven una nueva fecha, sino
la misma realidad. La necesidad u obligación de variar la fecha
del siete, no es más que el producto de aquella burrada.
Además, y esto para algunos comentaristas,
debo decir lo siguiente: no creo que tratar de desmontar el
matadero electoral, trasladando la fecha de esa convención, sea
ningún acto de inmoralidad que se le pueda enrostrar a Doña
Milagros y mucho menos razón para mandarla a retirar de la
política. Por el contrario, es un acto de gallardía, de
firmeza, de decencia de parte de ella, que merece el respaldo
moral de todos los que desde fuera la vemos como valientemente
enfrenta a esos lobos de la política.
Mal podríamos nosotros recomendarle un
retiro de la política. Sólo hacen este pedimento los que no
creen en una vida política honesta, los que no creen en la
decencia, la transparencia y ven el escenario político como un
lugar propicio para hacer negocios y acumular riquezas. Esos
últimos, los que dañan la imagen de la política, son a los que
nosotros deberíamos solicitar o recomendar su retiro, para ver
si este país, por fin da un paso hacia delante en la solución de
los viejos problemas que nos aquejan.
Desde esta tribuna, exhortamos a la Dra.
Milagros Ortiz Bosch, a no dejarse entrampar, a no hacerse
cómplice de ese “matadero electoral” y a tomar decisiones
trascendentales, incluso a decidir su camino independiente si
entiende, como ya muchos entendemos, que el otrora PRD está
herido de muerte, arropado por un segmento de políticos de la
peor ralea, incapaz de propiciar el gobierno que soñó José
Francisco Peña Gómez.
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