DESTILANDO
POR LA SEGURIDAD CIUDADANA
Como es previsible, la violencia sigue aumentando y la seguridad
ciudadana cada día es más precaria. Y es que este fenómeno
(violencia-inseguridad) no es fortuito, es una consecuencia del
modelo económico que impera en nuestro país. Entonces, lo
lógico es que mientras no variemos ese modelo económico,
seguiremos padeciendo de esta desgracia.
El dios dinero, el dios mercado, que patrocina el
neoliberalismo, ahora globalizado, es lo que en el fondo
incentiva toda este desorden, que tanto afecta a todos los
dominicanos y dominicanas. Mientras el dinero, siga siendo una
llave maestra que abre todas las puertas, la inseguridad
ciudadana estará presente.
Dicho esto, hay que concluir, que para frenar la violencia y
garantizar paz a los dominicanos y dominicanas, es necesario
cambiar de modelo, desprendernos del neoliberalismo, tomar
nuevos rumbos y retomar nuestros tradicionales valores morales.
El como hacerlo, ya es un tema para muchas páginas y como
debemos imaginarnos todos, no es tarea fácil, por lo que,
mientras cruzamos este caudaloso río, debemos tomar medidas que
impidan que toquemos fondo en este asunto de la violencia y la
inseguridad y se evite que lleguemos a un punto desde el cual
sea imposible retornar.
Los mismos promotores de estas políticas neoliberales, no
entienden que esta es causa directa de la violencia y la
inseguridad y cuando lo entienden, los grandes beneficios que
vienen percibiendo en este sistema, les impide admitir esta
verdad. Es decir, que de ellos poco podremos esperar para
eliminar de raíz las causas de la violencia y falta de
seguridad. Sin embargo, como viven y padecen los rigores de este
mundo inseguro, pueden ser unos aliados, para la fase de
contener y frenar este caos.
Por ejemplo, ya el gobierno del Presidente Fernández Reyna, tomó
medidas para disminuir el consumo de alcohol al establecer horas
límites para que los negocios de expendio de bebidas alcohólicas
permanezcan abiertos. Esta medida es importante y todos debemos
apoyarla. No sólo porque crea un poco de sosiego, sino también
porque un país sumido en la pobreza como el nuestro, no puede
darse el lujo de tener a sus ciudadanos y ciudadanas en
constantes fiestas.
Quiero decir sobre esta medida, que la misma debe aplicarse sin
excepciones, por lo que el permitir que en determinadas áreas no
se aplique, le hace daño a la efectividad de la misma. Tal es
el caso concreto de Playa Dorada en Puerto Plata, donde los
negocios de venta de bebidas alcohólicas están exonerados de los
horarios establecidos por el Poder Ejecutivo. Sólo admitiría
esta excepción si estos negocios garantizaran que únicamente los
turistas, sus huéspedes, harán uso de estos lugares.
Como esta medida, se pueden tomar muchas otras, que si bien no
erradican, por lo menos obstaculizan, frenan, atenúan esta plaga
de la violencia. Se me ocurre mencionar algunas posibles medidas
a tomar y como ejemplos destaco estas, (a) prohibir la
promoción de todo negocio de apuesta o rifa. Mi deseo particular
es eliminarlos, pero por el momento, para avanzar algo, me
contento con eliminar su promoción. Sacar el negocios del sexo
de los medios de comunicación; (b) Eliminar la promoción
de los vicios, cigarrillos, bebidas alcohólicas etc... (c)
Crear una política clara de espectáculos públicos, eliminado
la violencia, la pornografía etc., y los malos ejemplos de
nuestros medios de comunicación. Debo decir que este “hacer y
dejar hacer” que impera en el neoliberalismo, está haciendo de
nuestros medios de comunicación, excelentes promotores para
todas las sinvergüencerías que abundan en nuestra sociedad.
Recuérdese que bajo esta “globalización”, todo lo que deje
dinero es bueno. El como se consiga, no importa; el negocio
será lícito y bueno, siempre que deje dinero. (d) hacer
uso de todos los medios de comunicación, de manera racional y
gratuita, ya que estos son propiedad del Estado Dominicano,
para desarrollar toda una campaña efectiva contra la violencia,
por el rescate de nuestros valores, para incentivar el
patriotismo, en fin para educar en sentido general.
Mientras el hacha va y viene, muchas son las cosas que podríamos
adelantar. Todos debemos involucrarnos en estos quehaceres. Hay
que organizar a toda la sociedad, para reclamar y respaldar
todas estas y otras posibles medidas que de seguro, mientras
llega la cura del mal, nos ayudaran a vivir con menos angustia y
nos darán mayor garantía para sobrevivir y poder así disfrutar
en el futuro de una sociedad mas justa, más feliz, más decente,
más progresista.
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