Opinión

 

 CONVIENE DOLARIZAR

 21 de agosto de 2008

Toda vez que mucha gente de nuestro medio oye hablar de dolarización, pareciera que le recordaran a su progenitora en la peor de las formas.

Lo interesante es que el prurito que les ocasiona la palabra dolarización no tiene explicación alguna, ni mucho menos argumentos científicos o valederos que dichos individuos pudieran presentar, en una discusión sensata, respecto de dónde está el mal de este paso para el país. “Que hay países de América Latina que han dolarizado y les ha ido mal..., dicen unos, y puede que sea cierto, pero no está dicho ni claro que el mal de aquellas naciones (si lo hay), sea por la dolarización, ni tampoco esos países tienen los mismos problemas económicos que República Dominicana, ni tienen los mismos niveles de importación y exportación, ni están situados en la misma área geográfica. 

Otros se colocan en una rancia posición patriotera diciendo que “…la dolarización sería una afrenta a nuestra propia nacionalidad...” y esto no es más que un ardid para tratar de compungir los corazones de quienes piensan sensatamente en un paso que nos haga salir del hoyo económico, cada vez más profundo, en el que nos encontramos.

¿Desde cuándo a dónde el Peso, tal y como lo conocemos hoy, ha sido muestra de nuestra identidad? ¿No sabía usted amigo lector que desde tiempos cercanos a la independencia de este país, la moneda que corría en suelo dominicano era el Dólar americano? ¿Sabía usted que Trujillo fue quien puso a circular el Peso en el 1947?   Entonces, decir que dolarizar significa pérdida de la identidad equivaldría a decir que Trujillo fue el autor de nuestra nacionalidad, porque como antes no teníamos Peso entonces no éramos dominicanos (¡Zafa!)

Le invito a leer a este respecto la publicación del Listín Diario en la columna Puntos de Vista, del 05/08/2008 el interesante artículo “La Dolarización y la Soberanía”.  Magistralmente se expone en el mismo que ambas cosas no tienen nada que ver la una contra la otra.   

Por otro lado, tenemos el revuelo causado a raíz de las declaraciones hechas por el economista Víctor Canto, el cual fue asesor en materia económica del gobierno de Ronald Reagan, quien expresó que al país le beneficiaría dolarizar puesto que se está viviendo una economía dual en la que todos los precios están basados en la moneda estadounidense, en tanto que los empleados cobran en pesos.  

Más adelante, al ser preguntado sobre esta opinión, Vicente Bengoa, Secretario de Hacienda, calló la boca de todos los que le esperaban una respuesta ácida hacia las declaraciones de Víctor Canto, puesto que dijo que la economía dominicana está prácticamente dolarizada, pues todo lo que se compra tiene un precio estimado en dólares; que lo único que haría falta sería la modificación de la Constitución de la República a fin de que la moneda se cambiase definitivamente. 

Amigo lector, sea cual fuere su opinión, tenemos la realidad de que estamos en una sociedad dolarizada en la que solamente los que ganan en dólares están bien ¿Por qué? Porque siempre van a comprar los artículos a precios que no experimentan muchas variaciones para ellos, en tanto que nosotros, los que ganamos los fluctuantes pesos, cada vez  que el dólar suba, tendremos que pagar mucho más por lo que consumamos. 

Si se fija con detenimiento en las subidas de las tasas de interés y en la presión del costo del barril de petróleo, estos son factores que no los sentiríamos tan agudamente si la moneda fuera el Dólar. El desequilibrio en la cuenta corriente de la balanza de pagos de la República Dominicana deja claro que cada mes habrá que buscar más dólares para cubrir las importaciones lo que continuará provocando el alza de esta moneda y por consiguiente el encarecimiento de nuestra vida; la suya y la mía.

Por lo que conviene la reflexión al cambio, sin oír las voces de aquellos que, tal como dijéramos anteriormente, no tienen argumentos claros a favor de mantener el Peso, pero que sí saben bien porqué no desean este paso: Porque se enriquecen con las operaciones de cambio. Y no estoy hablando de los casacambistas (pues ellos siempre podrán negociar con el Euro, el Dólar Canadiense y otras monedas), hablo de los grandes negociantes que intermedian en las importaciones y exportaciones con jugosas ganancias en la conversión de monedas.  Se acabaría el cobro de impuestos aduanales con una tasa todavía más elevada que la que rige el mercado, siempre en perjuicio del que paga en pesos. 

En fin, tome usted su decisión mi caro lector. En lo que el hacha va y viene yo estoy claro que el panorama fuera otro si tuviéramos el auxilio de una moneda más fuerte que la nuestra y seguiríamos siendo tan dominicanos como la Loma Isabel de torres, el frío-frío, la cigua palmera y el casabe.  

caramand.blogspot.com

 
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