UNA MUJER SABIA
Dicen que a cierta edad las mujeres nos hacemos invisibles, que nuestro
protagonismo en la escena de la vida declina y que nos volvemos
inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los años
jóvenes. Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy
probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia, nunca me sentí
tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento de
mi existencia como ahora.
Descubrí que no soy una princesa de cuento de hadas, descubrí al ser
humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas. Descubrí
que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de
defectos, de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas
indebidas, de no responder a las expectativas de los demás. Y a pesar de
ello.... ¡quererme mucho!
Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui... sonrió a la que
soy.... Me alegro del camino andado, asumo mis contradicciones. Siento
que debo saludar a la joven que fui con cariño, pero dejarla a un lado
porque ahora me estorba. Su mundo de ilusiones y fantasía, ya no me
interesa.
¡Qué bien vivir sin la obsesión de la perfección¡ ¡Qué bien no
sentir ese desasosiego permanente que produce correr tras los sueños!
"La vida es tan corta y el oficio de vivirla es tan
difícil, que cuando uno comienza a aprenderlo, ya hay que morirse."
"Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras
preciosas! Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de
ganancias mal habidas. Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los
días de su vida... Sus hijos se levantan y la felicitan; también su
esposo la alaba. Muchas mujeres han realizado proesas, pero tú las
superas a todas. Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer
que teme al Señor es digna de alabanza. ¡Sean reconocidos sus logros, y
públicamente alabadas sus obras!"
Proverbios 31:10-12 y 31:28-31.
Fuente: Fuego para el alma
Evite los insultos, palabras
soeces, vulgaridades o groseras
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