EL DEBATE POLITICO NACIONAL
El debate político está
llegando al final del túnel y aun no se ve la luz que iluminará su
rumbo. la clase política debe asumir el rol que le corresponde
Las sociedades se elevan en función del nivel de las
discusiones de sus líderes. En los últimos años, el debate político
nacional se ha caracterizado por ser pobre, repetitivo y circunstancial,
carente de ideas fértiles y perspectivas futuras.
Es tiempo de pasar del debate circunstancial y de
hechos al debate de ideas y perspectivas. Las grandes naciones del mundo
se han desarrollado porque ideas avanzadas han sido materializadas.
La repetición de los discursos y propuestas demagógicas han retumbado en
los oídos del pueblo de tal manera que cada día despierta más de su
letargo imbuido por un sector político desfasado.
Ya basta de cantos de sirenas. No queremos propuestas
fallidas e insatisfechas a priori. Lo que necesitamos es creatividad
para transformar la realidad en la que estamos sumergidos. Una realidad
que llama a los dominicanos y dominicanas progresistas a sumarse a un
esfuerzo que reinvente la arquitectura social dominicana.
Enriquecer el debate político es responsabilidad de
ambos: gobierno y oposición. Los de oposición deben realizar
planteamientos constructivos sobre las acciones de los gobiernos de
turnos y estos deben presentar soluciones fruto de consensos, y
sustentadas de modo que beneficien a todos.
Las soluciones a los problemas nacionales son conocidas por muchos
dominicanos, pero la voluntad y el bien común han faltado para ponerlas
en práctica. Acaso los actores del debate político no saben por
conocimiento propio o sugerido que la inversión en educación desarrolla
las naciones.
Que la mejora en el sistema de salud aumenta la esperanza de vida, y
contribuye de manera directa a fomentar mentes y cuerpos sanos.
Por ejemplo, cual de ellos no sabe que en países como el nuestro con
alta evasión fiscal, los ingresos aumentan no por el incremento de los
impuestos, sino por la eficientización del cobro de los mismos sin
distinción alguna de contribuyentes.
Y que muchos de los problemas nacionales cotidianos se resolverían con
los dineros que la corrupción absorbe anualmente.
El debate político está llegando al final del túnel, y aún no se ve la
luz que iluminará su rumbo. La clase política tradicional debe asumir el
rol que les corresponde en estos tiempos.
De lo contrario, el debate político deberá ser asumido por otros
ciudadanos no pertenecientes al entorno político imperante, que asumirán
el reto de llevar la República Dominicana a ser un país realmente más
equitativo.
Su comentario sobre
este artículo. |
|
|
|
|
|