DESAFÍOS DE LA SOCIEDAD DOMINICANA
27 de junio del 2007
Cuando intentaba escribir este artículo
pensaba en lo corrompida que está nuestra sociedad, máxime,
cuando, desde la mas altas esferas sociales los malos ejemplos
nos bajan en movimientos de caída libre. Si nos detenemos a
mirar en retrospectiva y analizamos algunas élites
sociales de la que nos gastamos día por día, se podría pensar
que los tiempos no han cambiado mucho, pero no es así, ya que en
los últimos 30 años de vida republicana, los dominicanos hemos
perdido valores que teníamos desde el inicio de la república.
Los dominicanos tenemos un gran desafío
social para poder hacer legado de moralidad, respeto y seriedad
a nuestros sucesores todos. No queremos volver a los tiempos
viejos ni mucho menos, donde la palabra empeñada por cualquier
ciudadano o ciudadana era igual a un contracto legalizado,
tampoco al truque comercial ni a salir del campo en mulos con
los zapatos en el hombros, en un intento de prolongarles la
vida útil. Pero si quisiéramos todos los dominicanos que nos
respeten más, que nos den el valor que tenemos, que ya dejen el
cliché de “bateo y corrido” donde se pisan las bases y se sigue
corriendo.
La mayoría de los políticos dominicanos en
sus diferentes épocas han contribuido a que nuestra sociedad
permanezca en franco detenimiento o estática, y expongo mis
razones, las cuales no necesariamente tienen que coincidir con
las suyas, amigo lector, : cada uno de los político que hemos
tenido, previo a su campana para conseguir adeptos, hacen su
retórica en base a un “sacrificio personal’’ para sacar el país
del atolladero en que se encuentra metido en eso momentos y
debido a la mala gestión del pasado político que fue sacado del
poder, de esa forma se podría pensar que todo los políticos que
han llegado a ser presidentes del país, desde el inicio de la
república, han sido señores que se han sacrificado mucho; y por
esa razón hay que seguir dándoles la oportunidad por ese gran
“sacrificio” que sólo ellos han estado dispuestos a hacer por
nosotros.
Nuestras condiciones sociales, por ser un
país tercermundista y cada vez más dependiente de potencias
económica de avances intelectuales y económicos, no nos permite
observar que para elegir un nuevo mandato de estado, no sólo
deben observar condiciones morales, de respeto a la sociedad y
de seriedad, sino que también debemos observar el escenario
montado tras las cantinas tratando de descubrir cuales son los
actores que presentaran la obra, pero nuestra condiciones
sociales, muchas veces presentada en forma de indigencia, sólo
nos permite ver hasta el escenario, por eso siempre seguimos
siendo carnes de cañón, o pavos de navidad, seguimos matándonos
por funditas de comidas por papeletas de cien pesos tiradas
desde el aire o por hojas de zinc, tablas de madera. ¿No
será tiempo ya de hacer que los políticos cambien ese paradigma
de la sociedad más pobre del país? Y dejar de aprovechar la
pobreza para sentarse en la silla O ¿no seremos capaz de pensar
una sola ves cada cuatro años usando la cabeza y dejando el
estómago tranquilo? Eso es un gran desafío de nuestra sociedad.
Como empecé este artículo hablando de las
altas esferas sociales y en el párrafo anterior hablo sobre el
pensamiento de la clase desposeída; no obstante, no debo dejar
de escribir sobre la otra esfera, sobre el juego político
desarrollado entre la alta sociedad y los políticos
partidistas. Para ningún dominicano que haya cursado un 2do
curso y tenga dos dedos de frente es desconocido que la alta
sociedad, la clase económica poderosa esconde sus tentáculos
detrás del poder político y que juegan un rol importante, como
el poder detrás del trono, para garantizar sus bienes y
mantenerse al lado del color de turno. Quizás esto no sea
diferente en otros países. Sólo que se hace con transparencia.
Y no tan a lo público, ni por influencia de alguna esfera social
se engaveta un proyecto de ley, o que se vote a favor de otro
proyecto para beneficiar a esa clase solamente; por tal
razón, los políticos desde que llegan al poder se olvidan de la
retórica de campaña ofrecida a sus adeptos, y especialmente de
la clase social menos pudiente, y sólo porque esa clase va al
voto sin llevar buenas propuestas o conscientes de que se quiere
quitar del estado.
Otra vez, dentro de un año, los
dominicanos tendremos la oportunidad de ir a las urnas a
cambiar los actores del estado. Antes de sentarnos en el
escenario, miremos detrás de las cortinas para ver cuales serán
los actores que participarán en el teatro y cual es la música
que nos cantarán al abrir el telón. Si no lo hacemos entonces,
seguiremos sin desafío para cambiar la situación social, y los
políticos seguirán auspiciando nuevos millonarios cada cuatro
años, más corruptos y corruptores, menos equidad social, y más
indigencia social. Mientras sigamos así, no echaremos para
adelante.
[email protected]
Su comentario sobre esta
opinión |
Evite los insultos, palabras soeces,
vulgaridades o groseras simplificaciones |
|
|
|
|