¿Y SI FALLA LA ESTRATEGIA PARA ORIENTE MEDIO DE OBAMA?
Lunes 17 de Agosto de 2009
El discurso del presidente Obama al mundo musulmán
pronunciado el 4 de junio en El Cairo y su compromiso declarado de
lograr una solución “equilibrada” para la larga y difícil situación del
pueblo palestino hizo renacer la esperanza de acabar con décadas de una
cruel ocupación israelí de los territorios palestinos ocupados.
Además, las constantes peticiones de Obama de que
Israel congele su furibunda expansión colonia en Cisjordania y al-Quds
este (Jerusalén) hizo que muchos árabes y musulmanes, así como personas
de buena voluntad de todo el mundo pensaran que Estados Unidos podía
haber decidido por fin introducir algo de imparcialidad y justicia en su
vieja política descaradamente pro-israelí.
Sin embargo, hay quienes no desean otorgar a Obama
el beneficio de la duda no sólo porque siguen oyendo casi a diario
declaraciones de Washington en las que se reafirma el “blindado”
compromiso estadounidense con la seguridad de Israel, sino también
porque, de hecho, Israel está haciendo caso omiso a Obama y diciéndole
“puedes hacer lo que quieras que nosotros no vamos a hacer ningún caso”.
Es más, tanto los salvajes ataques de Israel a los
palestinos, especialmente a los gazatíes, como el robo absoluto de
tierra árabe en Cisjordania deberían ser una prueba evidente, si es que
se necesitara prueba alguna, de que paz e Israel es un eterno oxímoron.
Esta percepción la corrobora un torrente de ataques
personales a Obama por parte de expertos sionistas que han calificado al
presidente estadounidense con todo tipo de etiquetas, incluyendo “anti-semita”,
“persona que odia a los judíos” y “amante de Hamás”.
Pero la pregunta sigue siendo si Obama es capaz de
hacer el trabajo, es decir, conseguir que Israel ponga fin a su
ocupación de décadas de Cisjordania, Gaza y al-Quds, y repatriar a los
refugiados palestinos que fueron desarraigados brutalmente de su patria
ancestral cuando se creó el Estado sionista hace más de sesenta años.
¿Conseguirá hacer lo que todas las demás
administraciones estadounidenses no lograron hacer?
Y, ¿cuáles serían las repercusiones en caso de que
no se materializara toda la estrategia de Obama para Oriente Medio ,
fundamentalmente a consecuencia de la intransigencia y arrogancia de
poder israelí, y también debido a la palpable falta de voluntad de
Estados Unidos de presionar a Israel para que abandone el botín de la
guerra de 1967?
Estas y otras preguntas de plantearon a tres
intelectuales palestinos que tienen un profundo conocimiento de la
política exterior estadounidense para Orient Medio.
“Una copia de Bush”
Abdul Sattar Qassem es profesor de ciencias
políticas en la Universidad Nacional de al-Najah en Nablus, al norte de
Cisjordania. También es un prolífico escritor y activista político que
ha sido encarcelado varias veces tanto por Israel como por la Autoridad
Palestina (AP) debido a sus abiertas críticas del “proceso de paz” con
Israel.
Declaró a Islamonline que no tenía dudas de que
toda la estrategia de Obama fracasaría: “No veo ninguna diferencia
auténtica entre Obama y (el ex-presidente estadounidense George) Bush.
No exageraría si dijera que las políticas de Obama son esencialmente una
mera copia de la política de Bush. Creo que sus promesas y proclamas se
acabará convirtiendo en una mera ilusión”.
A la pregunta de cuáles pensaba que serían las
repercusiones del fracaso de la “visión de Obama”, Qassem respondió que
el régimen oficial palestino y otros regímenes árabes era “demasiado
poco poderosos, demasiado corruptos y estaban demasiado arruinados para
establecer diferencia alguna”.
“(Los regímenes árabes) no harán nada porque
carecen de voluntad de actuar y no son capaces de hacer nada que moleste
a Israel. Esperarán simplemente a la siguiente administración
estadounidense, exactamente igual que han estado haciendo durante
décadas. Esta es la razón por la que Israel y Occidente en general no
toman en serio al mundo árabe”.
Con todo, Qassem argumenta que la desesperación que
acompañe el fracaso de la estrategia de Obama generará “una indignación
y exasperación enormes” en el mundo árabe, especialmente en la Palestina
ocupada y en países como Egipto, Líbano y Jordania.
Haider Eid, profesor de inglés en la Universidad
al-Aqsa de Gaza, comparte en general los opiniones de Qassem. Argumenta
que es ingenuo cifrar esperanza alguna en Obama para lograr una paz
justa y duradera: “Creo que los esfuerzos de Obama serán un fracaso
estrepitoso, no sólo debido a que Israel se niega a acabar con la
ocupación y al ascenso de las tendencias similares a los nazis en la
sociedad judía israelí, sino también debido a la evidente ausencia de
voluntad política por parte de los regímenes oficiales árabes”.
Sin embargo, a diferencia de Qassem, Eid cree que
el fracaso de la estrategia de Obama en Oriente Medio tendrá unos
“profundos efectos de polarización” tanto sobre los palestinos como
sobre el resto de la zona: “Habrá una profunda polarización entre dos
campos: el campo de la resistencia, la rebeldía y la firmeza por una
parte y el campo de la sumisión ciega a la hegemonía estadounidense, por
otra”.
Eid se burló de aquellos árabes y musulmanes que
han considerado a Obama un parangón de justicia y paz verdadera:
“Tenemos que recordar que Obama no ha pedido a Israel que desmantele las
colonias, o que derribe el Muro, o que permita retornar a casa a los
refugiados. Así que, ¿de qué tipo de paz estamos hablando?”.
Eid afirmó que no veía una estrategia árabe
tangible que sirviera de alternativa en caso de que los esfuerzos de
Obama llegaran a un punto muerto. “Creo que necesitamos una alternativa
genuina en forma de exigir la formación de un Estado unitario
democrático en toda la zona del antiguo Mandato palestino, desde el
Mediterráneo al río Jordán, en el que judíos y árabes,
independientemente de la religión y la raza, vivieran como ciudadanos
iguales”.
Démosle una oportunidad
Abdullah Abdullah es un veterano político palestino
afiliado a la organización Fatah. Desecha a los “perpetuos negativistas”
y los tacha de “principiantes políticos”: “Estoy en profundo desacuerdo
con quienes piensan que la supervivencia de la causa de palestina
depende del éxito de los esfuerzos de Obama. Una vez fuimos aliados de
la Unión Soviética. Ésta ha desaparecido pero la causa palestina
continúa tan relevante como siempre”, argumenta Abdullah, que también es
un destacado miembro del Consejo Legislativo Palestino*.
Sin embargo, a diferencia de Eid y Qassem, Abdullah
reconoce que Obama es sincero en sus esfuerzos por resolver el conflicto
en Palestina “por razones altruistas”: “los planificadores estratégicos
en Estados Unidos han llegado a la conclusión de que dejar sin resolver
el conflicto arabo-israelí tendría unas consecuencias perjudiciales para
los intereses nacionales estadounidenses”.
Abdullah afirma que Obama no es simplemente otro
Bush. “Este presidente es muy diferente de Bush. Ha estudiado
cuidadosamente los problemas a los que se enfrenta Estados Unidos y ha
llegado a la conclusión de que resolver el problema palestino es un
importante requisito previo para frenar el actual deterioro del
prestigio global estadounidense”.
Con todo, Abdullah reconoce que no se puede
descartar la posibilidad de fracaso: “No tenemos nada que perder con
cooperar con la administración Obama. Si empezamos diciendo 'no'
estaremos enviando un valioso regalo de propaganda a Israel que entonces
afirmará que son los palestinos, y no Israel, quienes no quieren la
paz”.
Qassem argumenta que mientras que la gente puede
diferir sobre la conveniencia de ciertas tácticas, los intelectuales
deberían prestar más atención a los objetivos estratégicos: “No creo que
debiéramos seguir agotando nuestros esfuerzos nacionales prestándonos a
juegos de relaciones públicas con Israel. En vez de ello, deberíamos
encontrar una auténtica estrategia de salvación que llevara finalmente a
la liberación de Palestina, su tierra y su pueblo. Y tal y como yo veo
las cosas sobre el terreno, no puedo pretender simplemente que los
esfuerzos de Obama nos vayan a permitir alcanzar nuestro objetivos. Lo
digo porque nuestras tareas van más allá de simplemente congelar la
construcción de un edificio aquí o allá; nuestra tarea es lograr un
renacimiento arabo-islámico. Esto es lo que haría que Israel
reconsiderara su insolencia y arrogancia de poder”.
*N. de la t.: El Consejo Legislativo Palestino
equivale al Parlamento palestino. Recordemos al respecto que más de 40
de sus miembros elegidos tras las elecciones de 2006 en las que resultó
vencedora Hamás fueron detenidos y encarcelados por Israel, y a día de
hoy continúan en cárceles israelíes.
Fuente:
www.rebelion.org
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