¿VUELVE LA DERECHA?
Por: Roberto
Rodríguez-Marchena
Miércoles 15 de Julio de
2009
Suenan las alarmas: la derecha vuelve al poder en
América Latina. Muchos temen lo peor: el contagio. Honduras sería el
primer capítulo de la “reconquista”. ¿Se fue alguna vez?, pregunto. ¿En
los países que gobierna la izquierda o la derecha, lo hará para siempre?
No. Eso es impensable. En política nada es definitivo. Las políticas
públicas ejecutadas por gobiernos de izquierda o de derecha pueden ser o
no ser satisfactorias, acertar o fallar. Políticas de izquierda y de
derecha las ha habido y habrá siempre, en el poder o afanando por llegar
al poder.
Se dirá que no es lo mismo, que lo de Honduras fue
un golpe de Estado, donde grupos económicos, políticos, militares y
religiosos inconformes con el gobierno de Zelaya le sacaron del poder
por las armas. Es cierto.
Estoy convencido además que aquellos que prefieren
vivir en democracia, ciudadanos y ciudadanas de izquierda o de derecha,
no querrán dejar pasar, ni tolerar, que grupos partidarios de políticas
públicas derechistas se hayan apropiado del poder en Honduras
violentando procedimientos democráticos e impidan al presidente Zelaya
terminar su mandato, con el único propósito de garantizarse resultados
favorables en las elecciones de noviembre.
Hay que decir también, para evitar la propagación
de temores, que nunca antes como ahora en América Latina la izquierda
democrática tuvo tanta fuerza social, tanta experiencia gubernativa y
tantos aciertos en sus políticas públicas. La izquierda no ha
defraudado, aún con sus novatadas, las expectativas de la inmensa
mayoría de los ciudadanos y ciudadanas. No hay pues motivos ni
evidencias para sustentar el espanto, la desmovilización o la
desesperanza.
Más aún: En los Estados Unidos acaba de instalarse
un presidente que desea para los ciudadanos y ciudadanas de su país lo
que los latinoamericanos quisiéramos también tener: mejores ingresos,
empleos, negocios prósperos, cobertura de salud y educación de calidad.
Y todavía más: por primera vez los pueblos de América Latina y un
presidente de los Estados Unidos enfrentamos idénticos adversarios. Los
derechistas que promovieron y ejecutaron el golpe en Honduras profesan
las mismas creencias, defienden el mismo estado de cosas, las mismas
maneras de hacer negocios, que aquellos que en los Estados Unidos acusan
al presidente Obama de socialista y quieren verlo fracasar.
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