Opinión

 

UN  MUNDO  MEJOR

Por: Manuel Almánzar

Lograr un mundo mejor es una aspiración colectiva. Todos, alguna vez  hemos  expresado que  queremos un mundo mejor. Pero,  para lograr eso se necesitan tantas y tantas cosas, se deben dar tantas condiciones que cualquiera pierde la fe. Sin embargo, a veces se dan  situaciones que nos llevan a la creencia de que siempre es posible soñar y hacer de esos sueños una meta que nos conduzcan al objetivo de lograr un mundo mejor.

La meta de obtener un mundo mejor es algo tan perentorio y de tanta importancia que, las mentes más brillantes del planeta Tierra, reunidas en la ONU en septiembre del 2000, en la Cumbre el Milenio, propusieron un reto: lograr un mundo mejor para todos en el año 2015. Para ello, se fijaron 8 (ocho) objetivos en los que los 192 estados miembros de dicho organismo se hacían compromisarios de la obtención de estas metas, las cuales  se denominaron  LA META DEL MILENIO.           

                                                                  Los objetivos de desarrollo internacional se refieren al más apremiante de los anhelos humanos: un mundo sin pobreza y libre de la aflicción que ésta genera. Los objetivos fijados, son cuantitativos y se describen en parte con palabras e imágenes, pero sobre todo con cifras y gráficos. Se supone que, de lograrse estas metas…lograremos un mundo mejor. Dichas metas son:

Erradicar la pobreza extrema y el hambre.

Lograr la enseñanza primaria universal.

Promover la equidad de género y lograr la autonomía de la mujer.

Reducir la mortalidad de los niños menores de cinco años.

Mejorar la salud materna.

Combatir el VIH-Sida, el paludismo y otras enfermedades.

Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.

Fomentar una alianza mundial  para el desarrollo.   

 

Si conseguidas estas metas, conseguiremos un mundo mejor, es algo que está aun por verse, pero es casi seguro que sí. No obstante, creo firmemente que en la manera en que queremos que cambie el mundo para mejor, en esa misma medida debemos de cambiar nosotros, en esa misma forma debemos de tratar de ser parte de esa realidad de cambio para bien. Soy fiel creyente de la máxima de “Cambia tú y el mundo cambiará contigo”. En la medida en que queramos un mundo mejor, en esa misma circunstancia debemos aportar con nuestro ejemplo de vida en la dirección correcta del cambio esperado.

Aunado a todas estas metas del milenio, yo, humildemente creo que, para lograr un mudo mejor es  imprescindible la paz. La paz que viene del amor, ya que,  el amor lo puede todo. Es de todos sabido, que para que las cosas sucedan, es menester una gran dosis de voluntad política y…..ahí es donde la “puerca retuerce el rabo” :que difícil es llevar el amor al plano político y,  mucho más difícil es,  llevarlo al plano de la relaciones internacionales.  Dije  “difícil”, no imposible. Ya que, si actuamos de manera correcta, si hacemos lo que tenemos que hacer y ponemos  fe y empeño en ello…. es posible lograr la paz.
          

Hace unos días, Nuestro país fue sede de la Cumbre de Río. La fecha de esta cumbre llegó y se efectuó en el momento mas critico de las relaciones entre los hermanos pueblos de Venezuela, Colombia, Ecuador y Nicaragua. Voces agoreras presagiaban una batalla campal. Algunos medios dominicanos y del exterior presagiaban una verdadera tormenta, un enfrentamiento visceral entre los presidentes de esos países. Y, dada lo tirante de la situación, estos presagios no parecían exagerados.  La conducta verbal de  los involucrados hacia temer lo peor. Los malos resultados de la reunión de la OEA hacían prever la hecatombe.

Pero no, pudo más la sensatez  y el amor a sus pueblos. Los presidentes, sin renunciar a sus derechos, sin dejar de defender sus puntos de vistas, lograron el acuerdo anhelado y sobre todo, acordaron trillar el camino de la paz, la negociación y el respeto a  la auto-determinación de los pueblos. Ese y no otro es el camino que nos conviene a todos, que le conviene a nuestra América Latina, a sus pueblos, a su gobiernos.


Pero, de esta experiencia debemos sacar conclusiones más duraderas, más acorde con nuestros intereses, con nuestras realidades. Tiene carácter de urgencia que América Latina empiece  a actuar como bloque, que haga respetar sus derechos, crecer sus potencialidades,  actuando de manera conjunta en los escenarios internacionales. Debemos aprender de la experiencia europea, asiática, y de  todos los bloque comerciales exitosos que conoce el mundo de hoy.

Todo lo anterior viene a cuenta, por ser nosotros el escenario utilizado para acallar los tambores de la guerra que retumbaban en las fronteras colombo-venezolana y colombo-ecuatoriana. Viene a colación,  también,  por el papel jugado por nuestro presidente  el Dr. Leonel Fernández, quien agregó a su ya consabida capacidad política, don de gobernante, y estatura de gran estadista, la de gran componedor diplomático.

Como dominicano, como peledeista  y como funcionario de este gobierno, me siento cada vez más orgulloso de nuestro presidente, y  creo que ese es el sentir de la mayoría de los dominicanos. sobre todo,  los que viven en el exterior, los cuales,  hace apenas 4 años tenían que bajar la cabeza cuando los demás se reían en su cara de ciertas cosas que pasaban en nuestro país.

 

El autor es Lic. en Ecuación, con especialidad en Gestión Escolar y Cónsul dominicano en La Florida)

          

 

 

Su comentario sobre esta opinión
Evite los insultos, palabras soeces, vulgaridades o groseras simplificaciones
Nombre:
Apellido:
Email:
País:
Ciudad:
Mensaje:

 

Más Opiniones