UN CURIOSO EN CASA
Por: Roberto Rodriguez
Marchena
Martes 7 de Octubre de 2008
“No te preocupes”, habría comentado Juan
Bosch, cuando alguien, alarmado, le advirtió que Sacha Volman, un
allegado que asistía a reuniones en las que Bosch y otros líderes del
PRD trataban cosas muy delicadas, era un inflitrado agente de la CIA.
“Así podrá decirle a sus jefes la verdad y no chismes ni mentiras”,
habría respondido, palabras más, palabras menos, el astuto y curtido
político dominicano.
Recordé la anécdota de Sacha Volman y Juan Bosch hace unos días, cuando
la Sisalril – Superintendencia de Riesgos de Salud- anunció que haría
una auditoría a las seis más importantes ARS (Administradoras de Riesgos
de Salud) entre ellas al Senasa, ARS estatal, a quien, en declaración
pública graciosísima, la misma Sisalril previno, unos días antes, no
creerse mejor que las demás y exhibir demasiada seguridad en sí misma
(son mis palabras, no las de Sisalril), porque podría afectar
emocionalmente a las ARS privadas.
Hoy lunes, en espacio pagado en los diarios, Senasa rinde cuentas a los
ciudadanas y cuidadanos de sus cuentas. ¿Por qué lo hace? ¿Por qué se
adelanta a la auditoría de la Sisalril?
No lo sé, porque no he hablado con Taty Guzmán, quiero decir la doctora
Altagracia Guzmán Marcelino, líder de aquella AMD (luego CMD), que libró
históricas batallas por la mejoría de los servicios de salud en nuestros
hospitales y de las condiciones de vida de los médicos durante los años
difíciles de gestión balaguerista y por la Ley General de Salud y que es
de esos dirigentes en el PLD que conservan inalterable su militancia por
las transformaciones sociales y la liberación de todo aquello que
esclaviza.
Con sus números y su desempeño, Senasa viene demostrando que una ARS
pública puede ser más eficiente que muchas ARS privadas, y la razón no
hay que buscarla muy lejos: no hay apropiación privada del lucro o
ganancias.
Mientras algunas ARS privadas dicen que sus beneficios están por debajo
del 10%, los del Senasa superan el 50%. Lo que deja muy mal paradas a
las ARS privadas que alegan que el pago que reciben es insuficiente y no
les alcanza para dar un buen y completo servicio a los afiliados, en
suma, que el negocio no es rentable.
Me imagino que los números del Senasa, no previstos, no han caído bien,
como es de suponer, en algunas ARS privadas y quién sabe dónde más, por
lo que curiosear y saber cómo lo ha logrado, les parecerá fantástico.
Como la gente y sus cosas han cambiado tanto – el PLD, sus funcionarios,
no escapan a la pátina del tiempo o al zeitgeist del fin de la historia-
diría yo, pensaría Taty Guzmán, hay que estar alerta, por si las moscas,
como las guineas tuertas, porque saber, de verdad, ya no se sabe.
Y como porsiacaso no daña, ahí están los números del Senasa, para que la
gente los vaya viendo.
Supongo que la Administradora del Senasa conoce la historia de Sacha
Volman y Juan Bosch
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