UN BUENA NOTICIA QUE PODRÍA DEJAR DE SERLO
20,832 millones de pesos prestó la banca múltiple de la República
Dominicana el año pasado para la adquisición de viviendas. 151.7% más
que el año anterior, el 2006, cuando los préstamos hipotecarios
ascendieron a 8,277 millones de pesos. 12,555 millones de pesos más.
Formidable suma.
Gracias a las atractivas tasas de interés de los préstamos hipotecarios
(en relación al pasado), a la estabilidad del peso frente al dólar (los
inmuebles se cotizan en dólares), al dinamismo de la economía que creció
en los últimos tres años a un promedio de 9.5%, a mejores precios en el
cemento y en las varillas, muchas parejas jóvenes y no muy jóvenes se
embarcaron el año pasado (y desde el año anterior) en adquirir
apartamentos hipotecándolos por 10, 15 o 20 años a tasas variables.
Sin embargo, desde mediados del año pasado varios factores sugerían que
la situación podía variar. En efecto, la producción de cemento se
desaceleraba –pasó de crecer 27.8% en 2006 a 9.8% en 2007; las ventas
también –de crecer 23.5% en 2006, bajaron a 0.6% en 2007. Los precios
del cemento que habían disminuído en 8.3% en 2006 por la competencia de
Domicem, en 2007, como resultado del acuerdo entre las cementeras para
dejar a un lado la guerra de precios, se dispararon en 60.4%.
Peor ocurrió con las varillas. De crecer 22.5% en 2006, la producción
cayó a -7.2% en 2007. Las ventas pasaron de crecer 23.2% en 2006, a
-8.7%. Los precios, sin embargo, que habían crecido un 29.8% mantuvieron
su ritmo alcista creciendo un 13.6%.
Con las pinturas no ocurrió igual. La producción en 2007 creció a un
formidable 65.6%. Ya venía de crecer un 15.5% en 2006. Las ventas lo
hicieron al mismo ritmo: pasaron de crecer un 11.9% en 2006 a crecer un
63% en 2007. Los precios se recuperaron. De -2.8% en 2006, crecieron en
2007 un 11.4%.
En síntesis, en cemento y varillas hubo contracción en la producción,
alza en los precios y baja en las ventas. En pintura, alzas en la
producción, en los precios y en las ventas.
El sector construcción tuvo una caída espectacular en su ritmo de
crecimiento, pasando de 22.7% en 2006 a 3.2% en 2007.
Entonces, ¿qué tenemos como balance del año pasado? Subieron las ventas
de pintura (63%) y los préstamos hipotecarios (151.7%). Terminados los
muchos apartamentos que se construyeron en 2006, en 2007 los pintaron y
los vendieron (hipotecados).
Es quizás muy temprano todavía para saber qué pasará con el sector
construcción en 2008, pues apenas ha transcurrido un trimestre, pero hay
indicadores preocupantes.
El cemento y las varillas siguen subiendo de precio, hay un deterioro
creciente de los ingresos reales de las familias de clase media por el
alza de más de un 10% en los precios de alimentos, medicinas y
transporte y el Banco Central acaba de elevar la tasa de interés de los
Certificados a Plazo Fijo (10.5% a 12 meses, 12% a 24 meses y 16% a 36
meses).
Esta decisión del Banco Central podría ser una sugerencia o motivo para
que la banca privada también decida aumentar las tasas de interés
hipotecarias como acaba de ocurrir con el Euríbor (la tasa de interés
hipotecaria europea) y viene sucediendo en los Estados Unidos, pues, a
pesar de las inyecciones de liquidez y facilidades que ha dado la
Reserva Federal a los bancos, éstos, atemorizados, están prestando o
renegociando hipotecas a más altas tasas de interés.
Si a esto sumamos un entorno económico en franco y creciente deterioro:
desaceleración de la economía mundial, recesión e inflación creciente en
los Estados Unidos, pérdida de valor del dólar y la inflación en
República Dominicana, el panorama para quienes tienen sus viviendas o
apartamentos hipotecados o piensan “meterse en un lío con el banco para
tener un ranchito” podría no ser muy prometedor después de las
elecciones dominicanas de mayo 16. Esto así porque “algunas
turbulencias” están siendo contenidas, manejadas o aguantadas por el
Gobierno nacional, como concreto vaciado en encofrado, para no perturbar
el proceso electoral.
Sugerencia: afine el lápiz, saque cuentas, apure el paso para elevar sus
ingresos y evite perder el empleo, si lo tiene. Le urge blindarse para
que no le pase como a los santiagueros cuando le soltaron el agua de la
presa de Tavera.
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