UNA APUESTA INCIERTA
Roberto Rodríguez-Marchena
Viernes 11 de Julio del 2008
El presidente de la República habló anoche y, entre
otras cosas, dijo que será el próximo martes cuando se conocerán las
medidas que tomará su gobierno para enfrentar la situación por la que
atraviesan familias y negocios de la República Dominicana. Serán
presentadas al Congreso Nacional.
Ante la insistencia de los periodistas convocados a la rueda de prensa,
muchos de los cuales adelantaron que anunciaría medidas, Leonel
Fernández explicó que el Gobierno “no puede comunicar exactamente hasta
que no tenga respuestas”. Reconoció que hay “ansiedad en la población”
por saber, pero que no podía adelantar decisiones, cuando aún se está en
diligencias. Puso como ejemplo la solicitud que hiciera el miércoles la
Junta Agroempresarial Dominicana –JAD- de 15,000 millones de pesos para
financiamiento urgente –que “el Gobierno no tiene”, dijo- y que procura
con la Corporación Andina de Fomento.
Aún así, los tranquilizó asegurándoles que habrá austeridad, aumento del
gasto social, focalización de subsidios y estaba descartada otra reforma
fiscal.
Al parecer, el Presidente de la República sintió la necesidad de abundar
sobre lo dicho por él en la Cumbre de la FAO celebrada hace poco en
Roma, en la que acusó –con toda razón- al “capitalismo de casino” y a la
“especulación” de ser los culpables , en buena medida, del alza de los
precios de los alimentos y del petróleo, lo que generó disgustos en
sectores de poder y mereció que algún medio calificara su intervención
de “izquierdista y chavista”. Si aquella vez tuvo razón, ahora quiso el
presidente dominicano aportar información.
Vencer la especulación con los precios del petróleo y convocar a la
solidaridad internacional, entiende Leonel Fernández, debe constituirse
en el esfuerzo fundamental del Gobierno para conjurar la crecida de
precios. Para ello dijo que tratará de incidir en las deliberaciones del
Congreso norteamericano para que propuestas como las del senador de
Dakota del Sur que buscan regular las ventas a futuro de petróleo y
otras en el mismo sentido, sean aprobadas. De acuerdo a sus cálculos, si
se logra el propósito de derrotar la especulación, el precio del
petróleo podría bajar a 90 dólares el barril.
Propuso, además, la creación de un Fondo Global de Solidaridad
Petrolera, de 40 mil millones de dólares, que pueda ser alimentado con
las enormes ganancias adicionales de los países productores y
exportadores de petróleo.
Las propuestas del Presidente dominicano –maniatar la especulación y
promover que “imiten a Chávez”- son muy buenas, excelentes diría,
respuestas correctas agregaría, pero no tienen posibilidad alguna de
tener éxito, porque no hay fuerza para imponerlas, porque no es posible
estructurar alianzas de países para ese propósito. El 0.7% de la
cooperación al desarrollo nunca ha sido cumplido por los países
desarrollados y no hablemos de la Tasa Tobin a las transacciones
financieras para “maniatar los capitales golondrina”. ¿Bajar los precios
del petróleo? Los más optimistas ni siquiera se lo plantean; aspiran a
su estabilización.
Sus adversarios políticos podrán criticar, como estoy seguro de que lo
harán, por lo que no dijo y entienden que debió decir, pero estoy casi
seguro que les pasará desapercibido que el conversatorio tenía el
propósito –me atrevo a pensar- centrar en el petróleo “y más nada”, la
causa de todos y cada uno de los problemas de las familias y negocios de
República Dominicana. Lo demás, política y administrativamente, es paja
para las garzas.
Lo que no acabo de entender es porqué habló antes de ir a Venezuela y
sin tener las medidas que tanto esperan conocer los dominicanos y
dominicanas.
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