¿GOBERNADOS O CIUDADANOS?
Por: Roberto
Rodríguez-Marchena
Miércoles 21 de Julio de
2009
Nadie discute ya lo decisiva que es la
participación de los ciudadanos en el éxito de las políticas públicas.
La participación empodera, comunica, integra, mejora, reduce costos. ¡No
hay dudas! Montón de dinero, por ejemplo, se ahorrarían los gobiernos y
sus ministerios sólo en publicidad, incrustando la participación en la
gestión pública, pues no hay mejor y más duradera manera de informarse
que participar.
En los gobiernos que practican cierta cercanía con
los gobernados, las políticas públicas se conciben para los ciudadanos,
es decir, con el bien intencionado propósito de planificar y ejecutar en
su favor. Pero no llegan a ejercer el poder político con los ciudadanos.
Y en esto no se vaya a creer que me refiero únicamente a los presidentes
y sus ministros. Ocurre igual en los gobiernos locales. No aprovechan su
inmenso poder.
La fuerza de los ciudadanos y ciudadanas reside en
su movilización, como ciertos grupos particulares en la riqueza o las
armas, en el cabildeo o las sempiternas y recurrentes ansiedades de los
seres humanos.
A esa fuerza apelan los gobernantes reformadores,
con esa fuerza cuentan los políticos que sintonizan su agenda con las
ilusiones de la gente. Es su fuente permanente de energía.
Barack Obama lo ha entendido –asombrosamente- bien.
Probablemente porque se inició y aprendió a hacer política en el trabajo
comunitario (el daño del asbesto cemento en familias pobres de Chicago).
Tan pronto fue elegido y antes de juramentarse como
presidente de los Estados Unidos, Barack Obama creó Organizing for
América, organización ciudadana que agrupa a los vecinos y vecinas que
hicieron posible su victoria y para dirigirla nombró a David Plouffe
quien, junto a David Axelrod, fue uno de los grandes estrategas y
ejecutivos de su triunfo electoral. Plouffe no integró el gabinete, para
sorpresa de los analistas políticos de Washington.
La primera tarea de Organizing for América fue
consultar a vecinos y vecinas sobre sus prioridades. El presidente Obama
les dijo: “de ustedes, del empuje y compromiso de ustedes dependerá cuán
lejos llegue el gobierno que acaban de elegir”.
Regularmente Obama se comunica directamente con los
miembros de Organizing for América, vía Internet, además del mensaje
semanal al pueblo norteamericano. En ellos el presidente norteamericano
informa, sitúa el desafío y convoca a la movilización ciudadana. Yo
recibo en mi correo electrónico esos mensajes y puedo dar fe de la
fuerza movilizadora de los mismos. ¡Impresionante!
El desafío ahora es la reforma de la salud para
proveer seguro médico a más de 40 millones de norteamericanos que no lo
tienen, abaratar costos y expandir la cobertura a aquellos que ya lo
tienen.
Y aunque logró el apoyo de la Asociación Médica
Americana (AMA). la batalla por su aprobación en el Congreso está siendo
muy dura para el presidente Obama, porque las farmacéuticas no quieren
permitir medicamentos genéricos por 12 años y las aseguradoras privadas,
la existencia de una ARS pública -equivalente a Senasa- que compita con
ellas y las obligue a bajar precios. Además, las más poderosas empresas
del sector contribuyeron en las campañas de varios senadores y diputados
que ahora las retribuyen intentando aplazar sine de la aprobación de la
reforma.
Organizing for América y el Partido Demócrata están
movilizados colocando comerciales de televisión, reuniendo vecinos y
vecinas para presionar a senadores y diputados; recientemente se han
integrado los blogueros más progresistas y leídos para vencer la
resistencia.
¿Vencerá Obama? Ojalá.
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