SOBREVIVIENTE
Por:
Gilberto Lima López
Es la expresión “el respeto al derecho ajeno es la
paz”, del estadista, humanista y ex presidente de México, Benito
Juárez. Sobreviviente, no por permanecer como uno de los enunciados más
justiciero desde que se expresara ha mediado del siglo 19, sino por
desafiar el tiempo y permanecer por cerca de 35 años en el extremo Oeste
del Palacio Nacional, específicamente, en la intersección de las calles
Pedro Henríquez Ureña y doctor Delgado
Allí ha permanecido galante por más de 3 décadas, a
lo mejor, por ser un regalo entre pueblos; del pueblo de México al
pueblo de Santo Domingo. Sobre todo, saliendo airosa entre tantas
personalidades y tantas frases puramente dominicanas, pero muy en
especial, frente a las ocurrencias de malintencionados prosélitos.
Si. Así es, porque está allí y no otra, como
haciendo galas de ser reconocido y proclamado Benemérito de Las Américas.
Imponente, sobre una base que supera los diez pies de altura.
Le podemos llamar superviviente porque no se ha
puesto, ni se pondrá, otra en su lugar, con la ocurrente epístola de,
por ejemplo; Por aquí pasó Solimán. Ya todo sabemos lo ocurrente que
aquí somos, y el General Máximo Gómez lo puede decir a quien hace poco
dejaron desarmado en plena 27 de Febrero cuando le quitaron la espada.
Irreemplazable por presidente alguno, por
legisladores, sindicalistas, médico, en fin, por cualquier civil o
militar de la República Dominicana.
Vemos como ha sobrevivido la efigie, señalando el
Palacio Nacional, con el brazo firme, como llamando al pueblo a obedecer
a las autoridades electas, llamado al que hace mucho tiempo interpelara
en uno de sus discursos.
Y si pudo sobrevivir en el pasado, surgir en el
segundo gobierno del doctor Joaquín Balaguer, cuando aún se respiraba el
acre del trujillismo, hoy, con más razón, puede descansar tranquila ante
autoridades que demuestran respetar la memoria histórica de los grandes
líderes.
Ha permanecido y permanecerá “El respeto al derecho
ajeno es la paz”, y eso es excelente. Sin embargo, en la realidad
nuestra, a la expresión le vendría bien pronunciarla apegada a la
Proposición Bicondicional: “Es la Paz, si, y sólo si, no se enfoca en
Quisqueya, donde todavía mueren muchos pobres por falta de medicamentos
y donde el dominicano, a pesar de su alegría, no puede ocultar su enojo,
frente a ciertas injusticias.
Su comentario sobre esta
opinión |
Evite los insultos, palabras soeces,
vulgaridades o groseras simplificaciones |
|
|
|
|