SIN NOVEDAD EN EL FRENTE
Por: Roberto Rodriguez
Marchena
Martes 09 de Diciembre de
2008
El presidente de la República terminó de hablar
hace unos minutos. Durante su discurso no pude escapar a la sensación de
haber leído o escuchado antes casi todo lo que dijo. (Desde las nueve
menos cinco estuve sentado esperando con libreta y bolígrafo en mano,
alerta, para registrar nuevas y esperanzadoras noticias y poderlas
comentar para la red de lectores y lectoras de Perspectiva Ciudadana).
No hay otra manera de decirlo: me pareció volver
ver y a escuchar a CBS, BBC, NBC o volver a leer el New York Times,
Huffington Post, La Jornada, Página 12, Clarín, El País, Le Monde o al
Gobernador del Banco Central y a los secretarios de Hacienda, Economía,
Turismo e Interior y Policía.
(Quizás, pienso ahora, el Presidente de la
República se vio obligado a dirigirse al país sin estar realmente en sus
planes hacerlo, provocado por el curso que tomó una educada respuesta
que regaló a una periodista que lo abordó en una actividad pública, para
excusarse de no responder con ligereza).
¿Por qué el Presidente de la República vuelve a
comprometer su tiempo en explicar lo que todos los que leen periódicos,
ven noticieros y escuchan la radio saben de sobra sobre el origen de las
crisis, las quiebras, los rescates, los precios del petróleo y de los
alimentos que subieron y ya bajaron? ¡Si ya lo sabemos!
¿Cómo es posible que el Presidente de la República
vuelva a contarnos lo que el secretario de Turismo anunció hace dos
semanas sobre miles de millones de dólares prometidos en inversión
inmobiliaria turística o las promesas del Gobernador del Banco Central o
del señor Andy Wolff de que si el Gobierno entrega al Banco Central lo
que le debe por el cuasi fiscal y su recapitalización, las tasas de
interés podrían bajar al final del primer trimestre o que no habrá más
impuestos ni reforma tributaria? ¿O aquella consigna de Cero Tolerancia
del secretario de Interior o “haberle entrado ya a leñazos” a la
delincuencia que reclamó ayer el Cardenal López en su homilía en el
Palacio de los Deportes?
En los últimos dos meses he visto y escuchado
intervenciones de los presidentes Rodríguez Zapatero, Nicolás Sarkozy,
Cristina Kirchner, del Primer Ministro Gordon Brown, y las
intervenciones radiales del presidente electo Barack Obama difundidas
por YouTube en las que no sólo hablan a sus pueblos compartiendo sus
angustias y urgencias, sino y sobre todo anunciando medidas puntuales de
alivio, de apoyo, en dinero, reducciones impositivas y programas para
sacarlos de la recesión, de la dificultad, por falta de empleos, de
seguro médico, de dinero para comer o pagar las medicinas o la hipoteca
de la casa.
Algunos entusiastas del Presidente Fernández lo
miman diciendo que es él un “lujo” para República Dominicana. Al
escucharlo esta noche, yo les digo, ¿porqué, en medio de tantas
dificultades, no mejor desear que sea un Presidente común y corriente y
que anuncie y ejecute cosas corrientes y sencillas, que aligeren la
pesada cruz de la recesión que pesa sobre familias y negocios
dominicanos?
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