Aunque, como una vez dijo -y no he podido olvidar, porque espoleó mi curiosidad para siempre, a unos púberes escolares del Colegio Loyola, el querido Santiago de la Fuente: la ignorancia a cierta edad es una muestra de irresponsabilidad.
Mucho antes de irrumpir la Teología de la Liberación, el padre Santiago de la Fuente se esforzaba por sembrar en sus alumnos la curiosidad por el saber y el compromiso con el cambio, es decir, la ineludible responsabilidad que se deriva del conocimiento de una situación inacabada, insatisfactoria o perjudicial a los seres humanos, hasta que dio con aquella frase feliz de inmenso valor pedagógico: la ignorancia a cierta edad es una muestra de irresponsabilidad.
Apostaba Santiago que nosotros, sus alumnos, enterados, sabedores de las alegrías y malestares de este mundo, no podíamos seguir siendo ya indiferentes.
¿Cómo alegar ignorancia, no estar enterado de cosas sencillas, nada complicadas y frecuentes que ocurren a ojos vista, a nuestro alrededor? ¿Cómo alegar ignorancia para explicar la indiferencia ante muchos males sociales, económicos, medioambientales, abusos, maltratos o irrespeto a leyes, instituciones y personas? ¿Cómo alegar ignorancia cuando están disponibles los medios para enterarse o informarse?
¿Por qué hablar del padre de la Fuente, la ignorancia y la ineludible responsabilidad de no ser indiferentes? Por dos buenas razones. Una es el artículo “Will The Madoff Debacle Finally End The Who Could Have Known? Era? (¿Acabará la debacle Madoff por fin la era del “¿quién podía saberlo?”) escrito por Arianna Huffington y publicado el lunes en su blog The Huffington Post -por cierto, uno de los más influyentes y concurridos en los Estados Unidos. La otra es el informe de la FAO sobre la inseguridad alimentaría en el mundo.
Para Arianna Huffington, los fracasos y daños causados a los negocios y familias norteamericanas por la era Bush hijo eran absolutamente predecibles y más aún, fueron anunciados con tiempo y advertidas las autoridades.
¿Cómo pudieron ocurrir tantas quiebras, estafas, engaños, mentiras en las narices de todos, y nadie saber nada, precisamente en el país cuyas autoridades tienen el más sofisticado y amplio registro de la vida privada de sus ciudadanas y ciudadanos?
¿Cómo alegar ignorancia, cómo invocar “¿quién podía saberlo?” para evadir responsabilidades?
Los norteamericanos están muy enfadados con sus actuales gobernantes y la Wall Street; videos de cadenas de televisión muestran a muchos de la Main Street reclamando que los responsables sean interpelados y juzgados, por negligencia o asociación de unos y otros.
El Estado de la inseguridad alimentaría en el mundo 2008, documento de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) da cuenta de que hay hoy más hambre en el mundo que ayer; que uno de los Objetivos del Milenio, reducir el hambre, está lejos de poder alcanzarse, por lo que reclama una decidida reactivación de la agricultura. Dice que hay que “convertir el crecimiento del sector agrícola en un motor para la reducción de la pobreza”.
En los primeros nueve meses de este año, según datos del Banco Central de la República Dominicana, el sector agropecuario decreció (-8%). Los plátanos (-35.3%), habichuelas (-30.6%), tomate (-15.6%). El arroz apenas decreció (-0.4%),pero sí las tareas cosechadas (-6.2%).
De acuerdo a la FAO, en América Latina, los países con menos población subnutrida son Argentina, Chile, Costa Rica y Cuba. A la cola, con mayor población subnutrida, Haití, Nicaragua, Bolivia y República Dominicana.
¿Ignorancia o indiferencia de quienes, desde el gobierno, trazan las políticas y las inversiones hacia la agropecuaria?
Ya lo ve: si lo hubiese sabido…que estabas hambriento, te traía de comer.