Casi siempre, cuando
comparto un escrito, comparto una experiencia vivida
o por lo menos, mi punto de vista de una experiencia
ajena, pero siempre, con ese toque distintivo de la
poesía escondida en mis líneas, simplemente porque
ese es mi estilo, ese soy yo.
A diferencia de todo lo anterior, lo que hoy voy a
compartir con ustedes, carece de poesía y hasta de
tacto… esto tengo que decirlo, “como dos flores” y
en lenguaje coloquial.
Anoche me junte con mi compadre Vlady en el colmado
de la esquina de su casa, El millón, detrás de
Issffapol…comentábamos de asuntos de trabajo y
aprovechábamos para perder una manito de domino a
merced de los viejos intelectuales de la zona,
cuando de repente (9:10pm)escuchamos algo parecido a
un disparo en la esquina, cuando me paré de la
silla, pude observar como dos atracadores
arrastraban a una joven por la cartera, cruzaban una
calle con ella… me paré “huyendo”, fui a mi carro,
busque mi arma (si!, siempre ando armado, aunque
nunca se note, pero mierda!, hay que nivelar este
pleito contra el crimen…sorry…) y salí corriendo a
auxiliarla.
Al doblar la esquina, los atracadores huían a no más
de 20 mts. En línea recta, pero en el medio de la
calle, en el frío pavimento, ya la joven boca abajo,
cartera en mano, sobre su propio charco de sangre…
en ese momento, me tiré al piso, le pasé la mano por
la cabeza, intenté calmarla y hablarle, mientras sus
últimos respires de vida se escapaban en mis manos y
las palabras de Dios que le susurraba una testigo a
lo que yo le pedía, por favor, todavía no la
entregues.
Pasaron unos laaaargos 5 minutos en lo que yo le
entregaba la cartera y pertenencias a Vlady, quien
de manera tenaz buscó su cédula para saber su
nombre, encontró su celular en la misma cartera y
empezó a llamar a alguien relacionado con la joven…
me pare, le grite: Vlady!, atiéndela, voy a buscar
el carro.
Cuando llegué, ya habían abierto las puertas de una
jeepeta y nos fuimos al Centro Médico Dominicano que
está al cruzar la Nuñez… todos reaccionaron en
tiempo record, un testigo ya había llamado un
familiar que es cirujano (excelente!) , mientras yo
le abría las puertas de
cirugía a los enfermeros, no pasaron 30 segundos.
Cuando irrumpía
fugaz el cirujano, no para salir 6 minutos después a
decirnos que había muerto de un disparo en el pecho
que le perforó una artería del corazón y el pulmón
derecho y para rematar, un disparo que le atravesó
el cráneo… la hermana menor de lo joven, no solo
presenció el hecho desde su balcón, sino que estalló
en llanto al momento de la noticia del doctor.
Y yo, yo… calmaba mi interior para no gritar y
llorar y tratar de mantener cierta calma… me
arrancaron una vida, me dejaron impotente y yo, no
conocía a Keysha.
Criticamos mucho a la policía, pero no puedo hacerlo
en esta ocasión, llegaron dos unidades del CSI
local, más de 35 agentes, un general y un fiscal,
todos, absolutamente todos, tremendamente
colaboradores, fue un alivio para mi, ver la forma
en que se están manejando hoy en día, por lo que
pudimos aportar, lo que pudimos compartir, estoy
seguro de que los van a agarrar, ya que son dos
ladroncitos reincidentes de la zona, atracando a
muchos en el mismo sitio, incluida mi mujer.
Creo que los van a encontrar y creo que van a hacer
lo que es políticamente y religiosamente incorrecto,
pero lo humanamente debido… sembrarle grama a la
tierra que los va a cubrir.
Me siento impotente, me siento angustiado, me
preocupan mis hijos, me preocupa mi país, porque es
mío!, no nací aquí, pero el me adoptó y lloro cuando
se descontrola… Dios y muchos de ustedes saben, que
yo he pasado por situaciones de mucha tensión,
difíciles, etc…, pero nunca había estado tan cerca
de un atropello tan infame… por una cartera, que
Keysha nunca soltó.
No sé ni como terminar la historia, me uno al dolor
de su familia, todavía no he llorado, me he portado
como un hombrecito… pero creo que antes de compartir
esto con ustedes, ya me habré vuelto una “caca”,
porque ahora es que me podido sentar y asimilarlo
todo.
Los asesinos no tienen derechos, no son humanos, me
cago en ellos responsablemente, que los maten!, como
dijo Freddy Beras muy conmocionado: “no entreguen
sus armas!”, alguien tiene que actuar, no podemos
vivir con miedo, yo soy un hombre y como dijo una
vez el papá de Vlady: “mijo, la cárcel se hizo para
los hombres”…yo simplemente pido por el alma de esa
niña y grito al cielo:
COÑO!!!, no
más.