Opinión

 

QUE NO CUESTE MÁS LA SAL QUE EL CHIVO

 

Por: Ramón Tejada Read
Jueves 2 de Octubre  de 2008

El de la carretera Cibao-Sur es un proyecto largamente acariciado por sectores poderosos del país.

Hace muchas décadas que grandes compañías constructoras andan detrás del fabuloso negocio.

Grandes latifundistas también han pasado bastante tiempo en las oficinas de ministros y presidentes en busca de la dichosa carretera.

En algún momento hasta se llegaron a hacer algunos lamparones en el monte; algún que otro movimiento de tierra  en la cordillera, pero no se pasó de ahí y pronto la naturaleza cubrió todo de nuevo.

Desde luego, ¿quién no va a querer que una autopista pase por sus predios y les multiplique su valor varias veces?

Pero  no son solamente las compañías constructoras y los terratenientes los que andan detrás del negocio. También están los políticos y los empresarios y comerciantes sureños y, sobretodo,  cibaeños.

Es decir, hay oportunidades, grandes oportunidades, para mucha gente y eso explica que se haya retomado en el momento actual y que en el Senado se haya declarado su prioridad.

En lo que a este reportero se refiere, me parece muy bien que se quieran abrir nuevas oportunidades de negocio, pero admito que que cuando veo la carretera Cruce de Ocoa – Ocoa y la carretera Ocoa – Constanza y otras semejantes me asalta un gran temor.

El desastre que por allí ocurre cada vez que caen cuatro gotas de agua; la destrucción y la deforestación; los deslizamientos de lomas enteras que han hecho a muchas familias abandonar sus viviendas; el cotinuo deterioro de la geología y la ecología en sentido general; la imposibilidad real de enfrentar todo aquel desastre y los recursos que el mismo ha de seguir consumiendo en el porvenir, obliga a pensar y réquete pensar la carretera Cibao-Sur que con tanto entusiasmo se ha revivido en estos días.

Las lomas que atravesaría esa vía son iguales que las que se están desmoronando en todo el tramo que va desde el Cruce de Ocoa hasta Constanza y eso no es poca cosa.

Los capitalistas son dados a no parar mientes en nada cuando de ganar mucho dinero se trata, pero el gobierno que administra el Estado en nombre del pueblo no tiene por qué pensar de igual manera porque los intereses suyos deben ser los de la nación.

En suma, que debe pensarse bien eso de la Carretera Cibao-Sur; que se debe andar con pie de plomo porque lo que está en juego no es poca cosa.

Es casi seguro que se debe comunicar al Cibao con el Sur, pero que no salga más cara la sal que el chivo. Que la cura no salga peor que la enfermedad, dice la gente.

 

 

 

Publicado con autorización expresa de los autores. www.perspectivaciudadana.com
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