POLÍTICAS DIFERENTES PARA CAMBIAR EL
RUMBO
Por: Roberto
Rodríguez-Marchena
Lunes 02 de Febrero de 2009
Cambiar las políticas, cambiar el modelo, revertir
decisiones gubernamentales. Obama, Lula, dos millones y medio de
franceses movilizados en las calles, miles de islandeses frente al
parlamento, agricultores griegos, protestas en Bulgaria, Letonia,
Lituania, Chequia, inconformidad en el Reino Unido, millones de
desempleados y sin seguro médico en los EE.UU. y aquí, en República
Dominicana, cientos de propuestas presentadas por ciudadanos,
organizaciones e instituciones privadas y públicas en la Cumbre
-organizada por la Secretaría de Economía, Planificación y Desarrollo-
piden, claman o han dicho que hay que cambiar.
Por doquier, la queja es una y el reclamo el mismo:
Esto (el capitalismo) no está funcionando, muchas de las políticas,
leyes e instituciones que lo alimentan y sostienen no están dando
resultados socialmente satisfactorios. ¡Hay que cambiarlas!
El Banco Central de la República Dominicana ha
bajado por segunda vez en dos meses la tasas Overnight y Lombarda y
ahora la de los certificados de inversión. “La situación ha cambiado, ha
dicho el Gobernador, en el sentido que han bajado los precios de los
hidrocarburos, de la materia prima y el presupuesto que se aplica es
ajustado”. Los banqueros, informó, tienen un exceso de liquidez de 16
mil millones de pesos, por lo que tienen que “comenzar a revisar más
aceleradamente su tasa de interés”. (hoy.com.do, 31/1/09)
Cuatro días antes, el Superintendente de Bancos
había adelantado los motivos y los riesgos de no bajar las tasas de
interés: “la cartera de préstamos de los bancos podría deteriorarse por
la incapacidad de pago de los usuarios de los créditos. El pasado año la
tasa de morosidad de los bancos no aumentó, sino que incluso disminuyó,
pero esa situación no se podrá mantener con el actual nivel de las tasas
de interés, por lo que es imprescindible que éstas se reduzcan. (elnacional.com.do,
27/1/09)
El informe país de la Economist Intelligence Unit
correspondiente a enero es un terrible pronóstico para 2009. Crecimiento
de 1.8% de la economía; estima que la agropecuaria seguirá en recesión
(-2%), también las zonas francas, la minería y, si no se apuran en bajar
las tasas y otras medidas, otros sectores también seguirán afectados. La
intermediación financiera (bancos y seguros) y las comunicaciones
crecerían, tal como ha venido sucediendo desde hace años. Las
exportaciones (fob) caerían a 6,100 millones de dólares en 2009 de 6,900
millones de dólares en 2008. Las importaciones (fob) caerían a 12,800
millones de dólares en 2009 de 16,200 millones de dólares en 2008. La
tasa de cambio, al 31 de diciembre 2009, estaría a 41 pesos por un
dólar.
Ese es el pronóstico de la EIU. El del FMI es muy
parecido. Para el economista Carlos Asilis (Clave digital) será peor;
pronostica cero crecimiento.
¿Consentimos que se cumplan los pronósticos,
aceptamos sus vaticinios como fatalidades o en cambio nos rebelamos a
sus designios?
Sería un error actuar como si poco o nada
pudiésemos hacer los dominicanos frente a estos terribles pronósticos
porque hay amenazas y problemas que nos vienen de fuera. Lo correcto es
entender que antes de que estallara la crisis mundial, ya República
Dominicana, sus familias y negocios estaban en problemas, los de siempre
-estructurales, agravados por la crítica situación mundial y que las
soluciones socialmente necesarias, fiscalmente sostenibles y
políticamente viables serán fundamentalmente nacionales y exigirán de
gobierno, legisladores, negocios y familias voluntad y movilización para
acordarlas y ejecutarlas.
El Presidente Lula, que prefirió esta vez ir al
Foro de Belem y no a Davos, lo expresó con brillantez: “El mundo
desarrollado decía lo que teníamos que hacer en América latina, parecían
infalibles y nosotros incompetentes, nos vendieron que el Estado no
podía hacer nada y que el mercado desarrollaría nuestros países, y ese
mercado quebró por falta de responsabilidad y control. La palabra de
orden hoy es: otro mundo es posible, y aún más, es necesario e
imprescindible que busquemos un nuevo orden.”
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