OBJETIVIDAD PERIODÍSTICA EN RD: CEREBROS ALQUILADOS
Por:
Sara Pérez
El Colegio Dominicano de Periodistas, (CDP), en su seccional de Nueva
York y a través de su presidenta, Mayra La Paz, me ha invitado a dar
una conferencia durante el primer banquete de gala de la
organización, que se celebrará 12 de Abril. ¡Gulp! Sufro de pánico
escénico y sólo espero que los colegas me tengan lista una botella de
champán para antes de comenzar la exposición.
Me estoy probando trajes y zapatos y todavía no me
decido entre llevar perlas u ónix, pero ya tengo un par de ideas
bastante definidas sobre el discurso a pronunciar y como el CDP me ha
pedido un adelanto para su revista, aprovecho y comparto con ustedes
algunos de los puntos de la ponencia, a la vez que reanudo la columna,
después de unas vacaciones largas, imprevistas y no del todo
voluntarias.
El tema y título de la conferencia fueron aportados
por el CDP y la parte mía consiste básicamente en reflexionar en voz
alta sobre los sobornos a los periodistas y centrada en la coyuntura
actual, en la que el presidente Leonel Fernández y su equipo, han
llevado el asunto a niveles sin precedentes desde tiempos de Trujillo,
masacrando la institucionalidad y las precarias libertades tan
costosamente conquistadas por el pueblo dominicano.
Uno de los agravantes del problema es que quienes
lo critican desde los partidos tradicionales en la "oposición", dícese
PRD y PRSC, cuando han estado al frente de la administración pública han
incurrido en la misma práctica y sin ningún género de dudas, la
repetirán desde que tengan la menor oportunidad de hacerlo.
En todos los bandos de esos potiqueritos
rebatiñeros de los bienes públicos, las mismas ejecutorias que los
escandalizan cuando no encabezan el gobierno, se dan por buenas,
válidas e irreparables cuando les toca corregirlas. El ejemplo del
partido en el gobierno es tan bueno como puede serlo el PRD o el PRSC,
aunque a este último hay que sacarle su comida aparte, como pionero en
la promoción de las estructuras de corrupción vigentes en el gobierno
dominicano, consolidadas y formalizadas por Trujillo, que en condición
de buitre, trataba al país como a un fiambre reventado, actitud
multiplicada a favor de sus adláteres por Balaguer, responsable del
envilecimiento colectivo moderno en la sociedad dominicana mentor y guía
tanto del oficialismo como de la "oposición".
La idea central de mi conferencia será que la
corrupción periodística, que contribuye a reducir y eliminar la esencial
función crítica que debía tener los periodistas y medios, es una
política de Estado que no beneficia sólo a los gobernantes de turno,
sino a la élite económica del sector privado, acostumbrada a servirse el
país como si fuera una sopa.
Véanse el caso Baninter, el casi nulo análisis
sobre la naturaleza criminalmente excluyente de las políticas
económicas, y la poca presencia en los medios, por deliberada intención
o silvestre ignorancia, de valores de promoción de derechos humanos
civiles, económicos y políticos. De hecho, es común que el discurso de
los medios conspire contra esos derechos, en uno de los cuales ellos
dicen fundamentarse.
También, que la corrupción periodística no es un
problema individual de algún reportero, "comunicador" o programerito que
ande joseando su sobrevivencia en la calle y que ni en sueños controla
políticas informativas de ningún medio relevante.
Al respecto hay que subrayar que aunque las
precariedades del periodismo no justifican la corrupción, sí forman
parte del escenario donde se reproduce, dominado por el desamparo del
oficio, la implícita aceptación de los medios, (en los que, como en la
pelota, se sabe quienes toman esteroides), la absoluta falta de
sanciones al ejercicio profesional sin ética y sobre todo, por el
incontrolado y ostensible poder corruptor del Estado y del sector
privado, que funcionan en conjunto para esconder o manipular la
información a que tiene derecho la ciudadanía.
Merecen capítulo aparte espero dedicárselo los
ejecutivos de medios y periodistas de alto consumo, (esos que no son
bocinas, sino disco light), que contribuyen a depredar al Estado
dominicano y a hacerlo crónicamente infuncional con la misma
desaprensión que las autoridades políticas y el sector privado. Suelen
ser fácilmente reconocibles y entre ellos se incluyen todos y cada uno
de los que andan enyipetados por el gobierno y con guardaespaldas
proporcionados por éste.
Por ahí pienso desarrollar el tema, sin olvidar
alguna nota sobre al optimismo del título proporcionado por el CDP para
la conferencia.
No estaría de más preguntarse si lo que se arrienda
de los periodistas es precisamente el cerebro, porque encima de todo,
algunos periodistas y opinadores no pueden alquilar el cerebro, pues no
lo tienen.
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