OBAMA: SUTURANDO UNA HERIDA
Por: Ramón Tejeda Read
Jueves 29 de Enero de 2009
El Presidente Barack Obama ha decidido cerrar las
cárceles ilegales que han estado funcionando en Guantánamo por decisión
del gobierno de George Bush y al hacerlo no sólo cumple una promesa de
campaña, sino que empieza a detener un proceso de gangrena institucional
que amenazaba a su propio país.
El nuevo Presidente estadounidense conoce lo que
allí ha acontecido. Seguro ha visto las fotografías y videos de aquella
ignominia y probablemente ha experimentado el asco, la sensación de
vómito que provocan y la vergüenza de que haya sido un gobierno de
Estados Unidos, en el siglo XXI, el que haya patrocinado tal laceración
moral y espiritual para su país y para el género humano.
El adjetivo dantesco fue creado por la gente para
referirse a escenas de tanto oprobio que sólo podrían compararse con
aquéllas descritas por Dante Alighieri en el Infierno de su Divina
Comedia, pero probablemente hasta ese término sea poco para designar lo
que se ha visto en Guantánamo y que, de seguro, se queda corto ante lo
que no ha podido salir de aquella región tenebrosa.
Después de lo acontecido en Guantánamo es
inexplicable que se pueda oír en la boca de sus promotores palabras como
democracia, derechos, paz, respeto…
He ahí cómo se patrocina una verdadera “crisis de
valores”.
En efecto, la humanidad tiene siglos luchando por
el respeto de todos los seres humanos independientemente de su
condición; ha hecho revoluciones; ha ofrendado las mejores de sus vidas;
ha promovido leyes, tratados, acuerdos, y en un momento, un gobierno
cualquiera echa todo por la borda y desata a todos los demonios de las
masacres, las violaciones y las torturas de toda naturaleza en nombre de
la democracia. ¡Qué desastre!
Con la decisión de cerrar las cárceles ilegales de
Guantánamo, el Presidente Barack Obama ha comenzado a suturar una herida
por la que, más que sangrar, supuran los Estados Unidos y toda la
humanidad y tanto los primeros como la segunda tendrán que
agradecérselo.
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