NO SUBIR SALARIOS: OTRO DISPARATE (Y LOCURA)
DEL FMI
Roberto
Rodríguez-Marchena
Miércoles 09 de Julio del 2008
Acostumbrados a impartir recetas, los señores del
FMI, primero Strauss-Kahn, el jefe, luego Portugal, el enviado,
recomendaron encarecidamente al gobierno y a los empresarios no aumentar
salarios en un país, como la República Dominicana, en el que el 76% de
los empleados ganan 10,000 pesos o menos y el sector formal sólo ocupa
el 44% de la fuerza laboral empleada. También hicieron sus
“recomendaciones” sobre los subsidios, pero de eso no vamos a opinar
ahora.
El hecho es que estos señores del FMI, a los que los gobiernos y
empresarios deberían hacerles poco o ningún caso, por sus repetidos
desaciertos e “imprudencias” que subvierten la gobernabilidad y el
bienestar ciudadano, no toman en cuenta que uno de los grandes problemas
que tienen los productores agropecuarios, industriales y comerciantes
dominicanos es el bajísimo poder adquisitivo de sus consumidores
nacionales.
Que produzcan para exportar, replican, como si exportar fuera tan
sencillo. Mientras en Europa y Estados Unidos los gobiernos transfieren
cientos de miles de millones de dólares a sus productores y a sus
ciudadanos -hay que leer el discurso proteccionista de Sarkozy al asumir
Francia la presidencia de la Unión Europea-, les subsidian el gasoil,
les dan facilidades para la inversión en energías renovables, se
pretende que sea la nuestra una economía basada en salarios de miseria o
cuasi-esclavitud y que devaluemos el peso para competir.
Sin embargo, el reconocido economista dominicano José Luis de Ramón
plantea que “un aumento de los salarios mínimos no sería perjudicial
para la economía en sectores como la construcción, la agricultura,
servicios como turismo y el comercio. No obstante, dijo que se debe
tener cuidado con un aumento de los salarios en la industria y en el
gobierno, porque podría afectar el empleo y ser inflacionario.”
Opiniones parecidas, favorables al aumento salarial, las han ofrecido
Lisandro Macarrulla, presidente del Consejo Nacional de la Empresa
Privada –CONEP- y José Ramón Peralta, presidente de la Junta
Agroempresarial Dominicana –JAD-. También, Rafael Alburquerque,
vicepresidente de la República.
Haberle hecho caso al FMI hubiese sido una temeridad y una muestra de
ignorancia.
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