MUNICIPIO DE LUPERON EN PROBLEMA
Por:
Fernando Peña
Martes 03 de Junio de 2008
El pueblo de Luperon ha sido
olvidado por los diferentes gobiernos que hemos tenido en nuestra
dilatada vida Republicana. Con una bahía única en el país, con un
santuario ecológico, grandes extensiones de manglares, una belleza
paisajística incomparable por su topografía y vegetación.
Luperón es poseedora de la zona
de mayor riqueza histórico-cultural, es bendecida con el Solar de
América, donde fue construida la Primera Ciudad por europeos en
América, la primera iglesia donde se ofició misa católica, el primer
cementerio, la primera casa de Cristóbal Colon.
Una zona declarada protegida por
la legislación ambiental; una zona turística que aún no ha sido
explotada en verdadera dimensión.
Pero Luperon es un pueblo
olvidado. Lleno de miseria, desempleo y carente de las más elementales
oportunidades.
Empresarios de Santiago y otras
partes del país tienen esta zona como un lugar de descanso y poseen una
que otra inversión en el municipio. Algunos de ellos querían construir
una Terminal de combustibles, pero Luperon se opuso, porque no había
garantía de cuido del medio ambiente, de sus recursos naturales, por la
contaminación que ello implicaba.
Ahora se anuncia la construcción
de una fábrica de cemento valorada en 250 millones de dólares. Y nueva
vez hay resistencia de los diferentes sectores y la comunidad.
Se dice que la construcción de
esta fábrica de cemento dañaría el santuario de los manatíes de Estero
Hondo y las especies marinas que tienen como hábitat la bahía de Luperón
y el parque histórico de La Isabela.
Todo esto puede ser cierto. ¿Hay
estudio que así lo determina?
Luperón debe reorientar sus
metas, sus tareas de desarrollo. Bosquejar un marco de propuestas, de
reglas para su desarrollo social, económico, ecológico, etc.
La suspicacia, los temores de
los pobladores de Luperón es legítima, más cuando en nuestro país no se
respetan normas ni reglas.
Pero, en un mundo como el que
vivimos, con una crisis mundial impredecible, donde la industria de la
chimenea, el turismo, está bajando dramáticamente, no pueden las fuerzas
viva de este histórico municipio apostar solo en lograr su crecimiento
con la industria turística.
Quizás, con buenos controles,
con estudios certeros que analicen los principales impactos que
generaría esta industria en lo físico, químico, biológico y
paisajístico, puedan ponerse de acuerdo, buscar lugares adecuados para
su instalación.
Luperon tiene que sacudirse,
abrir las compuertas al desarrollo dentro de un marco de equilibrio
ecológico y protección del medio ambiente.
El turismo no es la garantía
única para su despegue y desarrollo.
Con el abandono gubernamental a
que por siempre ha estado sometida, con el rechazo constante a proyectos
industriales en su zona, Luperon está en problema.
El despegue turístico no llega,
las autoridades nada hacen. Los empresarios, ante la actitud de los
sectores beligerantes, paran proyectos turísticos, mientras obras
importantes requieren del apoyo de sus habitantes para su ejecución
inmediata.
Con la construcción de las
terminales de yate, la fábrica de cemento y la Terminal de
almacenamiento de combustibles, se empezaría la llegada del desarrollo
de Luperón. Y el pujante empresariado de Santiago y todo el país
volverían a poner sus ojos en la inversión turística de esta zona
privilegiada por la madre naturaleza.
Con adecuados manejos, los
impactos ambientales negativos que pueda generar una fábrica pueden
revertirse en positivos.
Incluso, los que de manera
comprobable causan las operaciones de la fabrica de cemento. El sitio
que se debe escoger para este tipo de empresa hay que elegirlo con mucho
cuidado, incluso de su buena elección pueden ser atenuado o eliminados
algunos de sus impactos negativos.
El autor es Periodista.
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