MIREMOS A LA FRONTERA
Por: Rafael Sánchez Cárdenas
Viernes 22 de Mayo de
2009
Por varios días el flujo de mercadería por la
frontera se ha detenido. Camioneros haitianos han bloqueado el paso de
camiones dominicanos con amenazas de represalias si no se les otorgan
dos condiciones que solicitan: 1) transportar ellos el 50% de la carga
procedente de República Dominicana y 2) que se les pague RD$4,000/camión
que entre a territorio haitiano.
Los esfuerzos realizados por embajadores y en
negociaciones por los camioneros de ambos lados no han solucionado el
problema. Y las pérdidas económicas crecen con cada día de paralización.
Se habla de un mercado de unos 30 millones de pesos diariamente y un
tránsito de alrededor de 100 camiones cargados todos los días. Es decir,
una exportación de 900 millones de pesos por mes, unos 10,800 millones
de pesos al año, equivalentes a 300 millones de dólares anuales.
¿A cuánto asciende el negocio del transporte de
mercancías hacia Haití? No lo sabemos. Pero hay motivos para
preocupación. Es claro que en Haití se están moviendo intereses a los
cuales afecta el comercio con Dominicana. Y son importadores,
habitualmente oligopólicos, en busca de aumentar sus utilidades mediante
la obstaculización del comercio binacional.
El Estado haitiano no es quien reclama el pago de
un impuesto (peaje) por el paso de la carga por sus carreteras. Lo cual
sería razonable.
El gobierno dominicano debe ventilar esta nueva
confrontación ante la opinión pública y que la posible conciliación de
intereses entre los transportistas sea lo más trasparente posible a fin
de garantizar el comercio entre las dos naciones y que el mismo no se
convierta en reo de choferes. Debemos evitar el encarecimiento de los
productos locales por razones del trasporte en ambos lados.
Es hora de que la relación política y económica
entre ambos países se sustente en bases sólidas, escritas y formales en
cada uno de sus componentes sectoriales más importantes. La informalidad
y la guerra entre intereses privados no puede ser la norma de relación
entre estados.
Si ayer eran los pollos y hoy es el transporte,
mañana veremos el cemento, la varilla y cuantas cosas se exporten al
vecino país. Sin mencionar los problemas migratorios.
Y que todo sea en plan de beneficio mutuo y de la
buena amistad entre nuestros pueblos.
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