Opinión

 

LOOR PRIMERA ETAPA DEL METRO

Por: Sergio Acevedoa
Lunes 02 de Febrero de 2009 

Pocas obras realizadas por gobierno alguno han despertado tanta alegría en la población como es el metro recién inaugurado y puesto en marcha por las autoridades. El regocijo de los ciudadanos es desbordarte, por cuanto el inicio de las operaciones del mecanismo  marca  el comienzo de la solución al problema del transporte en el país, problema que es tan vital como lo es cualquier otro de los que se consideran básicos y sin los cuales es imposible la existencia de un clima de desarrollo y de bienestar para todos.

El transporte es fundamental para el traslado al trabajo, a la escuela, a los centros de salud y para todos. Sin medios adecuados de transporte no puede haber desarrollo en ningún país, y el nuestro ha estado a la deriva permanentemente con un transporte dirigido por sindicalistas mafiosos que no vacilan en utilizar su influencia en los grupos choferiles para buscar y presionar ventajas económicas y políticas en su favor.

El metro es una bendición que parece que nos vino del cielo, porque son muchos los problemas que se van a resolver con su presencia, problemas de naturaleza variadas, tales como: el abaratamiento en el precio del transporte, el aprovechamiento del tiempo de los usuarios, puestos que ya no tendrán que salir dos horas antes de sus casas para ir a la Feria, la comodidad, la limpieza, el orden, el confort y la seguridad de desplazamiento que tendrán los ciudadanos.

La ciudad recibirá la ventaja de que no habrá tapones en la ruta y la economía de combustibles que se compran con divisas es una realidad incontrovertible. Los tapones que hacen los carros de conchos y las guaguas en la ciudad constituyen crímenes contra el ornato y atentado contra la paz y la seguridad de todos.

Estos chóferes entienden que son los dueños del país y que todos vivimos en una selva. No respetan nada, ni a nadie: se paran en cualquier esquina a esperar el pasajero que no se sabe si va a llegar, por momento andan como la jonda del diablo llevándose todo por delante. Otras veces andan a pasos de tortugas, haciendo tapones, porque no van al ritmo del tránsito. Y, cuidado si alguien les dice algo porque en el mejor de los casos te dan una pela de lengua y, en otras, sacan bates y machetes para agredirte, porque nadie les puede llamar la atención.

Pero también muchos chóferes son ladrones que en combinación con otros delincuentes asaltan a ciudadanos que utilizan los vehículos y, en muchos casos, los agreden cobardemente.

La gente tiene motivos para sentirse alegre, feliz con el metro, porque el mismo será de gran utilidad aunque sea para una parte de los usuarios del transporte público. Debemos pedirle todos al gobierno que inicie cuanto antes los arreglos para el inicio de la segunda línea para que más ciudadanos se beneficien de ese notable servicio.

Las autoridades hicieron bien en no oír las voces agoreras que se oponían a la construcción del metro argumentando toda clase de disparates. Se parecen mucho a las voces que se alzaron contra la construcción de la 27 de Febrero y otras avenidas sin las cuales la ciudad sería un infierno. Suerte que Balaguer no les hizo caso.

A pesar de que no usaré la línea del metro para transportarme, saludo el empeño y el esfuerzo de este gobierno en buscarle solución a la problemática del transporte. No la usaré porque no vivo en la zona y porque tengo mi medio privado de transporte, pero estaré abogando para que se inicie la segunda etapa. En ese caso si podré beneficiarme del servicio. Dejaría mi carro en mi casa y tomaría el metro para ir al trabajo. Los dominicanos estamos condenados al progreso, aunque muchos envidiosos no lo quieran creer.

 

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