LA VIDA SIGUE SU CURSO AGITADO
Roberto Rodriguez-Marchena
Lunes 15 Septiembre de 2008
A veces tengo la impresión de que la vida cotidiana
y los gobiernos (nacional y municipales) marchan a ritmo de telediarios
o noticieros y de acuerdo a su naturaleza. Cambia el suceso, no la
sustancia; se informa del hecho, pero no se interroga el origen o causa.
Informe frívolo, memoria efímera.
Temperamento y costumbre de ciudadanos y poderes públicos que no puede
atribuirse sólo al pánico al fiambre y afán de entretenimiento de los
medios de comunicación o a su escasa vocación de darle seguimiento y
profundidad a los hechos y opiniones que difunden.
Lo prudente, han entendido o aprendido, es dejar las cosas ahí (o hasta
ahí), porque o no tienen solución, no las cambia nadie o insistir es
meterse en camisa de once varas. Las informaciones pasan, pero nada
pasa.
He leído por ahí hace un tiempo que el olvido (o memoria efímera) y la
frivolidad es lo mejor para la salud mental de los pueblos sometidos al
abuso, explotación e indiferencia de sus élites. De no ser así, estarían
todos locos y llenos de odio y rencor… contra los cuerdos.
Mire usted.
El petróleo subió. Dañó negocios y familias. También las finanzas
públicas dominicanas. El petróleo ahora bajó. Pasó el susto. ¿Cree usted
que pasará algo? El superintendente de Bancos ha dicho que el Gobierno
Nacional dejará de gastar 150 millones de dólares. ¿Resultó ser un susto
y nada más? ¿Volveremos (o seguiremos) con el alto consumo de petróleo,
bajará el precio de sus derivados y dejaremos a un lado los esfuerzos
por aprovechar el sol y el viento dominicano?
Los huracanes Gustav y Ike se ensañaron contra las viviendas y
agricultura de Cuba. En Haití, mucho peor; miles perdieron la vida. Ike
golpeó con dureza viviendas e infraestructuras en Texas, Estados Unidos.
10 mil millones de dólares se cobraron en Cuba, en Haití no se sabe y en
Texas, cálculos provisionales estiman daños entre 10 y 12 mil millones
de dólares. Aquí en República Dominicana, apenas fue otro susto en
comparación. Oficialmente, 10 muertes, cerca de 500 millones de pesos
(15 millones de dólares) en la agricultura y daños en carreteras y
viviendas. ¿Seguirá permitiéndose que gente viva en lugares vulnerables,
en viviendas vulnerables, con ingresos vulnerables?
La comida volvió a subir de precio. Pero eso fue ayer que se escuchó en
las noticias. ¿Bajaron hoy? ¿Se olvidó mejorar los ingresos de las
familias? El Bagrícola, se informa, no tiene dinero para prestar.
Proindustria, tampoco, para apoyar a las pymes.
Hoy se anuncia que el martes el gobierno nacional introducirá al
Congreso el proyecto de modificación a la Constitución.
La vida sigue su agitado curso. ¿Podrá alguien, en algun momento, tomar
el control, detener este deja vu, reflexionar y actuar?
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