Que las comunidades tienen derecho a reclamar soluciones para sus problemas, es de Perogrullo.
Que barrios y campos y municipios han estado hasta ahora excluidos y se precisa de un mejor reparto de la riqueza nacional, también es cierto.
Que la lucha por alcanzar mayores niveles de equidad pasa por niveles superiores de un proceso de organización en el cual las comunidades van aprendiendo a construir una democracia cada vez menos excluyente y más participativa, también es un hecho.
Pero ver jóvenes encapuchados, con chilenas, armando pedreas y quemas de neumáticos y riega de basura y etcétera y etcétera, no tiene nada que ver con las comunidades ni con sus justas luchas.
Todo lo contrario, quienes de esa manera actúan hacen mucho daño en todos los sentidos a las comunidades. En primer lugar porque ese tipo de actuación es puramente individual o, en el mejor de los casos, grupal y nada institucional.
Quienes organizan protestas valiéndose de semejantes métodos no representan al pueblo —en el cual, además, no creen y pretenden sustituirlo—ni a sus comunidades: se presentan a sí mismos y a sus vicios e individualismo y a la visión distorsionada que tienen de la realidad social y política.
Pero lo peor de todo es que haya organizaciones políticas que puedan aprobar y compartir y hasta promover semejante individualismo y semejantes desmanes bajo pretexto de lucha comunitaria.
En segundo lugar, quienes están detrás de los encapuchados y sus chilenas y neumáticos encendidos y su riega de basura pretenden suplantar a las comunidades y a las instituciones comunitarias y, por esa vía, socavan el crecimiento institucional de barrios y municipios restándoles así posibilidades de crecimiento político y ciudadano e impidiendo la construcción cada vez más colectiva de la democracia. De paso, abren camino a todos los malos vicios sociales y a sus más conspicuos promotores.
¿Por qué tiene que encapucharse y armarse de chilena la lucha de las comunidades? ¿Por qué tienen las demandas sociales que distorsionarse con propósitos individuales y grupales de vaya a ver usted qué naturaleza?
Ya basta de que ciertos sectores sigan utilizando las justas demandas populares para aventar propósitos tan individuales, grupales y aberrantes.