LAS ALIANZAS SON RECURSOS DE LA DEMOCRACIA
Por: Sergio Acevedo
El debate que se libra en las filas del PRSC,
referente a la posibilidad de que esa agrupación suscriba una alianza en
primera vuelta con uno de los partidos políticos que hasta el momento
están encabezando la preferencia del electorado y, como es natural,
algunos aspiran a que se realice con el Partido Revolucionario
Dominicano y, otros, con el de la Liberación Dominicana.
Ambas corrientes de opinión, coinciden en destacar
el pobre desempeño que ha tenido la candidatura del PRSC, en el actual
proceso, su bajo posicionamiento, lo que obliga a dicho partido a
concertar la alianza ante el temor de que pueda ser más traumático el
conteo de los votos en estas condiciones.
Un desempeño ruinoso –como todo apunta que
sucederá- va a provocar una estampida de lo poco que queda en el PRSC y
eso, naturalmente, decretará la desaparición de ese partido, a pesar de
su importancia en el andamiaje democrático. Porque los reformistas,
alimentados como están con esa arraigada vocación de poder, no van a
continuar en un partido colapsado, sin perspectiva y sin esperanza.
El PRSC necesita con urgencia el disfrute de una
cuota de poder que le permita a sus dirigentes reposicionarse como
líderes en sus diferentes ámbitos, porque la verdad es que los
compatriotas se crecen desde el poder, pero fuera de esa plataforma son
muy deficientes.
Esa costumbre tiene mucho que ver con la naturaleza
clasista y el origen de la agrupación, la que también basa su accionar
en el trabajo social que demanda una buena cantidad de recursos, tanto
para el partido, como para los propios militantes.
La alianza con el PRD, es una aventura que puede
reproducir el desastre del 2004. Esta coalición resultó perjudicial para
ambos partidos, en razón de que se confeccionó desde la cúpula, sin
tomar en consideración la preferencia hacia el voto de la militancia de
los dos partidos, sobre todo el PRSC, que ha sido un adversario
histórico de la franquicia perredeísta. Se demostró, en la ocasión, que
los reformistas mantienen en alto los niveles de animadversión hacia el
PRD y, en cambio, acusan una mayor inclinación hacia el PLD.
Estando demostrado fehacientemente que una
repetición de la llamada Alianzan Rosada no garantiza el voto de los
reformistas hacia esa plataforma, es justo que se piense en una
alternativa confiable que le proporciones los frutos apetecidos en este
tramo de la vida de la institución.
Y lo mejor que puede suceder es que la alianza se
haga con el PLD, que se negocie un programa reivindicativo en el que
estén contempladas las demandas más encarecidas de la población, que se
confeccione un programa común para el trabajo en mejoría de la
educación, la salud, la vivienda, la generación de empleos, es decir,
combatir la pobreza que es la matriz de campaña de Amable Aristy.
Concomitantemente con esa plataforma, es preciso
negociar la tarea de compartir el gobierno mediante la incorporación de
líderes del PRSC a las faenas gubernamentales, como una fórmula que
garantice el cumplimiento del acuerdo y para facilitarles empleos a los
miles de compatriotas que en estos momentos están sin trabajo. Todo es
susceptible de negociación, desde la Vicepresidencia de la República, la
Cámara de Diputados la Liga Municipal Dominicana y la participación
común en los comicios de medio término.
Pero lo más importante, es que este acuerdo
facilita la reunificación del PRSC y puede que lo convierta de nuevo en
una auténtica opción de poder, lo que es la máxima aspiración de los
reformistas en sentido general.
Muchos creen, que esta alianza va a producir la
absorción del PRSC de parte del PLD, lo que constituye un temor inválido
porque la verdad es que los reformistas que se han ido no están
militando en otras parcelas, ni se han inscrito en el PLD. Lo que han
manifestado en su inmensa mayoría es su gran disgusto con la cúpula que
ha estado manejando el partido con criterios oportunistas y de comercio,
lanzando por la borda todo el caudal de rancias tradiciones democráticas
y todo ese legado revolucionario que le insufló el presidente Balaguer.
Los reformistas en el único lugar que se sienten
cómodos es en su partido, en otros agrupamientos serán figuras
secundarias, especialmente en el PLD, que es un partido que aún conserva
barruntos de comportamientos característicos de la guerra fría y actúa,
en cierto modo, cerrado como logia. Pero las alianzas no tienen que
hacerse entre partidos iguales, basta con que levanten banderas comunes
en un momento determinado para que la misma se justifique.
El autor es Periodista y Politólogo.
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