LA CLASE MEDIA TIENE DERECHOS
Por: Roberto Rodriguez
Marchena
Lunes 6 de Octubre de 2008
Se dice, con sobrada razón, que “las políticas
públicas no están para complacer a todo el mundo”, pero se olvida
agregar que tampoco están para hacer daño. Y que, si por una razón
coyuntural, precariedad en los ingresos públicos, por ejemplo, hay que
tomar una decisión restrictiva del gasto público, lo justo es que al
mismo tiempo, se compense, por otra vía, a los afectados.
Caso: subsidio al gas. Por decisión gubernamental se acabó el subsidio,
excepto –me alegra- para 800 mil familias indigentes que recibirán el
Bonogas y algunos empresarios del transporte para evitar que suban el
precio del pasaje a los humildes que utilizan sus vehículos.
Para una familia rica, 500 o 1,000 pesos más por un tanque de 100 libras
al mes no es nada, pero para una familia de clase media o pobre es una
tragedia, pues tendrá que sacar ese dinero adicional del presupuesto en
comida, transporte, vestido, salud u ocio. Para un empresario, tampoco;
el incremento lo traspasa al consumidor o ajusta sus ganancias. La
familia de clase media o pobre no puede hacer esos “rejuegos”, pues sus
ingresos son fijos o decrecientes.
Hace ya unos meses vengo insistiendo en esto: no es que no gobiernen,
sino que lo hagan bien, lo que significa respetar y proteger el derecho
de la clase media al bienestar o como se dice ahora, el derecho a ser
competitiva. Es obligación del Gobierno proteger los ingresos reales de
las familias de clase media y pobres.
En uno de sus discursos recientes, creo que fue el anterior al 16 de
agosto, en el mes de julio, el presidente de la República anunció que
ordenaría al secretario de Hacienda trabajar en un proyecto de ley que
permitiría a familias de clase media o pobres exenciones tributarias a
cargo de los gastos en el pago de colegio y universidades de sus hijos.
¿Qué ha pasado con esto?
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