Han querido la vida y la
Historia que el centenario de Juan Bosch nos
encuentre ante la firma de un acuerdo mediante el
cual Venezuela adquiere el 49 por ciento de las
acciones de Refidomsa que estuvieron por más de 30
años en manos de la transnacional Shell.
Fue lo que propuso Juan Bosch en 1975 con una ligera
diferencia: el Maestro proponía que el Estado
venezolano fuera a partes iguales (50 por ciento)
con el dominicano.
Desde 1975 (así lo recoge la prensa de la época)
estuvo predicando lo que ha venido a suceder 34 años
después y para entonces nadie, en ninguna parte,
soñaba siquiera con Hugo Chávez ni con Petrocaribe.
Más aún, en 1981, cuando el gobierno de don Antonio
Guzmán se embarcó en el fiasco del Acuerdo de San
José, Bosch denunció el disparate que representaba
esa acción y recalcó que la única salida para la
República Dominicana era vender a Venezuela el 50
por ciento de las acciones del Estado dominicano en
Refidomsa, pero siempre pudieron más los millones de
la Shell, las comisiones de los traficantes y la
genuflexión de Balaguer y el PRD ante el capital
extranjero.
En más de tres décadas Refidomsa no fue más que un
gran negocio para una transnacional a la que nunca
importó el desarrollo de la República Dominicana.
Hoy, Refidomsa sigue siendo el alambique que Bosch
denunció. No tenemos refinadora. No tenemos la
petroquímica de que habló hasta el cansancio el
Profesor ni a ninguno de los sucedáneos de la
refinación del petróleo porque la supuesta refinería
es una simple destiladora separando productos ya
refinados que era donde estaba el negociazo para la
Shell.
Hugo Chávez y Petrocaribe vienen a darle la razón a
Bosch; a demostrar cuán equivocados estaban sus
contrarios y que, por encima de nuestras
mezquindades, las corrientes subterráneas que
articulan la Historia de los pueblos
latinoamericanos, de las que tanto habló Bosch,
seguirán tejiendo nuestro futuro de naciones
hermanas, con un solo destino común: la liberación y
la prosperidad de nuestros pueblos.
Treinta y cuatro años después, cuando celebramos los
cien años del inolvidable Profesor, no sólo se
siente su influjo bienhechor sino que también se
comprueba la validez de su visión de futuro y su
compromiso con los mejores intereses del pueblo
dominicano.
En muchas ocasiones, recordando la afirmación de
Máximo Gómez según la cual aunque no hubieran
existido Bolívar ni Martí América hubiera sido
libre, afirmó Bosch que no son los líderes los que
hacen la Historia, sino que es la Historia la que
hace a los líderes. De esa manera, ni el presidente
de la República Bolivariana de Venezuela ni el
presidente Leonel Fernández están firmando un
acuerdo porque ellos lo quisieron: simplemente están
ejecutando un acto de la Historia que era
inevitable, que ya había sido anticipado por Bosch.
No podía haber mejor manera de celebrar este
centenario.