HUESOS NA MÁ PARA SENASA
Roberto Rodriguez-Marchena
Martes 9 de Septiembre de 2008
El inesperado y formidable éxito del Seguro
Nacional de Salud -SENASA-, la Administradora de Riesgos de Salud del
Estado dominicano, molesta a unas ARS privadas que no soportan la
comparación.
SENASA es hoy la más exitosa, mejor gestionada ARS del país; la empresa
en la que muchos quisieran trabajar, de acuerdo a una encuesta de la
revista Mercado y la que mejor protege la salud y mayor satisfacción
provee a sus afiliados, según investigación de la Gallup, que son los
que más enferman, porque son los más pobres entre todos los dominicanos
y dominicanas.
Resulta que SENASA es una empresa de los ciudadanos porque es del
Estado, no hay apropiación privada de beneficios, el dinero que no gasta
lo reinvierte en más y mejor protección a sus afiliados, mientras que
las ARS privadas tienen como razón primera ganar dinero y como razón
última también, el dinero que reciben, que es el doble como ya dijimos,
no les alcanza para dar un servicio satisfactorio a sus afiliados a tal
extremo que se inventaron otro negocio colateral, los llamados planes
complementarios.
Sorprendidas y molestas esas ARS privadas, porque sus dueños deben ser
de aquellos que todavía creen que un empleado privado es mejor gerente
que un servidor público –y se equivocaron con Taty Guzmán y su equipo-,
han tenido la osadía de impugnar la ley de Seguridad Social, artículo
31, que protege a los empleados públicos –por lo menos y lamentablemente
no a todos los ciudadanos- de los riesgos de ver su salud manejada por
negocios privados.
El argumento detrás del cual se escudan las osadas ARS privadas es una
tal “libertad de elección” en la que ellos mismos no creen ni practican.
El propósito no es conseguir tantos afiliados más o evitar otros
afiliados menos, sino impedir que SENASA pueda manejarse con mayor
holgura financiera, mantenerlo acogotado, para cuestión de tiempo o de
otro gobierno, presionar para su desaparición. Y, en lo adelante, tener
manos libres para lo de siempre.
Esperamos que los jueces protejan el patrimonio y servicio público.
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