GASTAR MÁS, SI; PARA CREAR Y PROTEGER EMPLEOS
Por: Roberto
Rodríguez-Marchena
Lunes 24 de Agosto de
2009
Como le está faltando dinero, el gobierno
dominicano anunció que acudirá de emergencia al Fondo Monetario
Internacional para gestionar –se ha dicho- 700 millones de dólares.
Resulta -dijo el secretario de Hacienda- que el
faltante entre los ingresos estimados y reales es de 10,000 millones de
pesos al 18 de agosto, cifra que pudiera llegar a los 20,000 millones de
pesos a final de año. Y quien sabe si llegará a más, porque hay mucha
incertidumbre con el comportamiento de la economía.
Lo que importa ahora no es decir que esta situación
era previsible, y lo era, que se veía venir, y ya vino; que el
proclamado blindaje, nunca existió, lo que también resultó cierto. Nada
de eso importa ahora.
Lo que importa en lo adelante es evitar que este
trance dañe más aún las economías familiares y los negocios, y
determinar qué hacer para detener la destrucción de empleos y reactivar
la economía.
Lo que importa es salir de la recesión. Proteger
los ingresos y los empleos. Mantener la prosperidad de los negocios.
Hay menos de todo: menos remesas, menos turistas,
menos exportaciones, menos importaciones, menos producción industrial,
menos recaudaciones, menos empleos, menos ingresos y menos consumo. El
mercado dominicano, de por sí pequeño, se ha vuelto más pequeño aún, su
tamaño se ha achicado.
El gobierno dominicano ha entendido bien que la
solución a esa pequeñez del mercado está en sus manos y que las familias
y negocios por sí solos no pueden, ni podrán, salir de la dificultad.
El gobierno ha entendido bien que su papel es
ayudar a devolverle un tamaño razonable al mercado (laboral, industrial,
comercial) dominicano para evitar el colapso y que, la única manera de
hacerlo, es gastando más, para lo cual no dispone ni de reservas como
China, ni de la maquina de imprimir dólares como los Estados Unidos.
El FMI apoya al gobierno dominicano en eso de
gastar más, lo que explica que esté dispuesto a prestarle los millones
de dólares necesarios para tal tarea.
Hasta ahí, parece bien.
Ahora, el gobierno debe saber que la solución no es
tan simple como gastar más, porque se puede gastar mal y no lograr el
objetivo redistributivo y energizante que se persigue.
Gastar no significa tomar el dinero para hacer
única y exclusivamente obras públicas. Hay muchas otras áreas de la
producción y de los servicios con grandes carencias en las que es
imprescindible y urgente invertir.
Los millones de dólares que se consigan prestados
deben ser para gastar en y para proteger y crear empleos preferentemente
entre quienes más lo necesitan (jóvenes, mujeres), en las ciudades y
campos y en los sectores de la economía donde más se necesiten porque
hayan sido o estén siendo los más afectados.
Repito: Gastar en y para proteger y crear empleos.
Es el mejor uso que puede darse a un dinero prestado. Un uso productivo
en lo económico y cohesionador en lo social.
Al gobierno le convendría también evaluar cuánto,
cómo y en qué ha estado gastando, cuáles programas gubernamentales están
funcionando, de cuáles podría prescindirse, pero sobre todo, cuáles son
efectivos para reforzarlos. Solidaridad es uno de ellos.
Fue un error político y comunicacional gravísimo
del Vicepresidente de la República haber anunciado que porque han caído
las recaudaciones, el programa Solidaridad no será ampliado. Todo lo
contrario. Ahora más que nunca debe ser ampliado para beneficio no sólo
de indigentes, sino de desempleados y de productores agropecuarios e
industriales que querrán vender sus productos. Ampliarlo, pero de una
manera diferente, sin el dao, creando empleos.
El programa Solidaridad debe ser repensado tal como
lo han hecho los gobiernos de Argentina y de Ecuador. De eso hemos
hablado y escrito ampliamente.
Gastar más, sí, pero con inteligencia y eficiencia.
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