GASTAR CON SABIDURÍA
Por: Roberto Rodriguez
Marchena
Lunes 24 de Noviembre de 2008
El gobierno dominicano cometería un grave error
político de catastróficas consecuencias económicas para familias y
negocios si mantiene su decisión de “repetir” en 2009 la misma
distribución del gasto e inversión de 2008, tal como propuso la
secretaría de Hacienda y fuera aprobado por el Consejo Nacional de
Desarrollo.
Esto así porque se sabe desde hace meses que lo
peor de las crisis simultáneas que padecen las economías no ha pasado y
que el 2009 será un año más difícil para hacer negocios, más destructor
de empleos, más empobrecedor, de más difícil acceso al crédito, por lo
que se esperaba que el gobierno presentaría un plan de protección, apoyo
y estímulo a las familias y negocios dominicanos como vienen haciendo o
se proponen otros gobiernos en el mundo.
Mañana lunes, por ejemplo, adelantó hace unas horas
el diario británico The Independent, el gobierno del Reino Unido se
propone bajarle dos puntos al VTA (IVA, TVA, ITBIs) de 17.5% a 15%
durante 18 o 24 meses, lo que significará un ahorro de 18 billones de
libras esterlinas (27 billones de dólares) para los negocios y familias
de ese país. La medida, primera de ese tipo en 34 años, tiene como
propósito estimular el consumo. Otra medida que piensa tomar el gobierno
británico será la de ofrecer garantía a los créditos otorgados a las
pequeñas y medianas empresas para proteger y crear empleos.
Sin embargo, y sin necesidad, el gobierno
dominicano se descalifica de antemano para producir los cambios y tomar
las medidas que requiere la situación. Quisiera subrayar: sin necesidad.
Me explico.
El Gobierno cree que tiene poco dinero, cuando los
329 mil millones son más que suficientes para hacer muchísimas cosas, si
tan sólo aplica las conclusiones –que las hay- de estudios e
investigaciones que han hecho las propias instituciones estatales de
cómo han gastado hasta ahora, descarta programas con pobres o inciertos
resultados, aprende –aplicando las normas gubernamentales- a comprar más
barato y a invertir mejor. Algunos estiman que, con sólo hacer eso, que
está al alcance de la mano, que es perfectamente posible, los 329 mil
millones podrían rendir –subrayo rendir- entre un 25 y un 30% más. Como
si tuviera 80 o 100 mil millones de pesos más. Lo saben varios de los
funcionarios que participaron en la reunión del Consejo Nacional de
Desarrollo. Eso es lo primero.
Lo segundo es que puede posponer proyectos
importantes y necesarios para el 2010, un año nada más, que es cuando se
presume que las aguas volverán a su nivel, pues urge rescatar de la
recesión a las familias y negocios dedicados a la agropecuaria, la
construcción, la industria y pequeñas y medianas empresas que podrían
proteger y crear decenas de miles de empleos y elevar los ingresos
familiares y, por tanto, el consumo.
Lo tercero sería dar un mejor uso al Banco de
Reservas. Es una pena y un desperdicio que teniendo un banco público tan
exitoso, se limite a ser útil sólo al gobierno y no también a los
negocios y familias dominicanas.
Las secretarías de Hacienda y Economía,
Planificación y Desarrollo deben trabajar juntas. Eso es lo que manda la
ley y obligan los enormes desafíos que se le presentan a la República
Dominicana. Ambas podrían tomarse dos semanas más y rehacer el
Presupuesto de la Nación que ya ha sido anunciado antes de enviarlo al
Congreso.
Este esfuerzo conjunto Hacienda y Economía debe
procurar presentar un nuevo Presupuesto centrado en la creación de
empleos, apoyo y estímulo a la agropecuaria, construcción, industria y
pequeñas y medianas empresas, permitir a la secretaría de Educación
arrancar los planes que persiguen las 1,000 horas de clases, una tanda
de 8 horas –es ahora que hay que empezar-, construcción de planteles
escolares, apostar más aún a Senasa, reducción de la mortalidad materna
e infantil y abaratamiento de las medicinas.
El Gobierno está todavía a tiempo, no tiene porqué
tirar la toalla, no puede dejarse abrumar y concluir que poco o nada se
puede hacer ante la situación que se ha presentado. Que les ha
sorprendido, lo comprendo. Lo importante ahora es no perder tiempo,
hacer acopio de voluntad, reunir la información disponible y convocar a
los muy calificados técnicos que laboran en Hacienda y Economía.
Mejor que la mejor política monetaria del Banco
Central para atraer capitales e inversiones, será siempre para cualquier
gobierno gastar con sabiduría. El gasto sabio es el mayor generador de
confianza y mejor vía para revitalizar familias y negocios.
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