FACILITAR LA VIDA COTIDIANA
Roberto Rodríguez- Marchena
Martes 29 de Julio del 2008
Cada día me convenzo más de que
si los gobiernos tuvieran como razón para el diseño y ejecución de las
políticas públicas facilitar la vida cotidiana de los ciudadanos y
ciudadanas les sería más fácil gobernar. Y con mejores resultados, por
satisfactorios, que es lo que cuenta, la calidad, no necesariamente la
cantidad. Tanto los gobiernos municipales como el gobierno nacional. Lo
mismo podría hacerse extensivo a los legisladores y regidores.
Tendríamos mejores leyes y resoluciones.
Escucho por doquier -cada vez con mayor frecuencia- a ciudadanos y
ciudadanas, empresarios, asalariados y cuentapropistas, quejarse de que
los gobiernos les complican la existencia, les complican la vida. Y que
a los gobiernos sólo les interesa su propia agenda.
“¿Quién le dijo a al Gobierno que eso es lo que hay que hacer?”, dicen.
Algunos van más lejos y agregan: ¿Quién lo autorizó, quién le dio
permiso para tomar decisiones que afectan a mi familia, que perjudica mi
negocio o empresa? Subir las tasas de interés, por ejemplo, me comentó
una persona que hace poco meses pagaba 29 mil pesos mensuales de
hipoteca y ahora debió pagar 33 mil pesos. O subsidiar la nómina de 320
empresas de zonas francas con 200 millones de pesos mensuales y no a las
cinco empleadas que tiene en su salón de belleza. “Esos empleos también
son importantes”, me dijo convencida la dueña.
Entre mantener el crecimiento o controlar la inflación, el gobierno
dominicano, a través del Banco Central se decidió -como han hecho otros
gobiernos- por la segunda, controlar la inflación, y entre las medidas
que dispuso fue subir las tasas de interés. También anunció que
recortará sus gastos, lo que está muy bien.
Pero sucede que ha sido y es un reclamo de todos los sectores
productivos poder acceder a dinero a bajas tasas de interés para poder
producir en condiciones competitivas. Y, con esta medida, sus negocios o
empresas dejarán de crecer o quizás cerrarán.
Esta decisión gubernamental también afecta a muchas familias de clase
media que, a falta de mayores ingresos, aprovechan el crédito para
hacerse de comodidades o necesidades que de otra forma no podrían
agenciarse. El Gobierno entendió que el consumo debía reducirse y no
encontró mejor manera que obligarlas a pagar más a los bancos por las
hipotecas que ya tienen y dificultarle el acceso al crédito.
Se alega que un gobierno no está para “complacer peticiones” de sus
ciudadanos o de tal o cual sector productivo y que debe tomar las
decisiones que entiende que son las mejores para toda la población.
Aceptemos el alegato, sólo para permitirnos hacer dos preguntas:
1-¿Porqué la “solución” castiga a los sectores productivos y a la clase
media y premia al gobierno y a los bancos? 2- ¿Facilitará el gobierno la
oportunidad a los sectores productivos perjudicados a acceder a dinero
a menores tasas de interés en otros mercados?
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