EN
DEFENSA DE LA LEY DE EDUCACIÓN
(3-6)
Miércoles 02 de septiembre de 2009
SOBRE LA EDUCACIÓN
Una vez que ha sido abordada desde afuera es
preciso entrar a la ley, a su objeto y en especial al concepto que se
tiene de la educación. Saber que es la educación, es un concepto
complejo por las múltiples modalidades y criterios que puedan las
personas o el enfoque tener sobre ella.
Así, la ley recoge lo que entiende como educación
en el artículo 4 señalando “ La educación como derecho humano y deber
social fundamental orientada al desarrollo del potencial creativo de
cada ser humano en condiciones históricamente determinadas, constituye
el eje central en la creación, transmisión y reproducción de las
diversas manifestaciones y valores culturales, invenciones, expresiones,
representaciones y características propias para apreciar, asumir y
transformar la realidad.”
De la simple lectura de la ley, la noción simple y
abstracta de la ley anterior queda superado al incluirse necesariamente
un enfoque finalista sobre la educación: la educación es un proceso que
se orienta al desarrollo de la persona ¿cómo? Mediante transmitir el
saber, ¿cuál saber? El que derive tanto de la ciencia y tecnología como
en las tradiciones y manifestaciones culturales. A este punto, la ley
reconoce plenamente el valor de la cultura del pueblo, execrada
anteriormente por el corte clasista del proceso.
Sobre este reconocimiento necesariamente se
sostienen consagraciones posteriores tales como el reconocer que la
comunidad y la familia juegan un rol fundamental en el proceso de
aprendizaje del niño, niña, adolescente o joven y en este sentido, la
tolerancia hacia lo ajeno como la valoración de lo propio se fortalecen.
El ser que se obtiene hoy en el proceso educativo
capitalista, es un ser incompleto. Un niño desprovisto de sus
capacidades creadoras que renuncia a su ingenuidad a cambio de someterse
a un antidemocrático proceso de profesionalización que hará de él, el
empleado del mañana, desprovisto de los más elementales recursos para
protegerse y superarse y plagado de un sentimiento de desarraigo e
inferioridad.
El ser que se crea a través del proceso educativo
que se propone es un ser que supera la doctrina de ser una persona en
vías de desarrollo, un ciudadano del futuro para convertirse en un
ciudadano del hoy, teniendo el aula como espacio para el descubrimiento
del espacio democrático y para perfeccionar su capacidad de involucrarse
y dar respuesta a las necesidades y voluntades de su comunidad. (Ver:
art. 20)
Evidentemente, este reconocimiento modifica
sustancialmente las reglas del juego dentro del aula, marca
interdicciones claras para la disciplina desmedida y llama a la
comunidad a fortalecer la educación ciudadana, consciente y plural del
alumnado.
Contrario a lo que vocifera la oposición, el nuevo
diseño escolar fortalece la función de la familia y llama a la
pluralidad del pensamiento, al respeto de las convicciones religiosas,
al señalar que “La educación es un derecho humano y un deber social
fundamental concebida como un proceso de formación integral, gratuita,
laica, inclusiva y de calidad, permanente, continua e interactiva,
promueve la construcción social del conocimiento, la valoración ética y
social del trabajo, y la integralidad y preeminencia de los derechos
humanos, la formación de nuevos republicanos y republicanas para la
participación activa, consciente y solidaria en los procesos de
transformación individual y social, consustanciada con los valores de la
identidad nacional, con una visión latinoamericana, caribeña, indígena,
afrodescendiente y universal.” (art. 14 LOE)
Fuente:
www.rebelion.org
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