El turismo, hay que recordarlo
siempre, debe ser visto como una dimensión de la
vida moderna y como un derecho humano, porque él es
una de las maneras más importantes en que se
materializa el derecho al ocio, al descanso, a la
recreación (o re-creación) y al disfrute de la vida.
Usualmente, al hablar de turismo se piensa en el de
gran escala; el de resort y todo incluido. Pero
resulta que la promoción del turismo interno, de
pequeña dimensión, pero de enormes repercusiones
sociales y económicas, debe estar también entre las
prioridades de cualquier gobierno y del Estado como
tal.
Se trata de una fuente formidable de empleo, de
desarrollo de los pequeños y medianos negocios a lo
largo y ancho del país.
El turismo tipo resort-todo incluido tiene su propia
dinámica, convencional por demás, y es lamentable
que—hasta ahora—sea la única a que se hayan atenido
nuestros gobiernos, olvidando que existen el turismo
ecológico, el científico o educativo, el de
aventura, etcétera, etcétera, y todos ellos tienen
sus vertientes interna e internacional.
En justicia, ha sido a Danilo Medina al único de los
políticos dominicanos al que he oído esbozar un plan
de desarrollo integral del turismo dominicano. En
ese plan, según entendí, el turismo se convertía en
un eje fundamental del desarrollo de todas las demás
áreas de la economía dominicana.
Y, en efecto, para el desarrollo y promoción de este
formidable instrumento de desarrollo humano y
comercial, de cohesión social, de promoción del
empleo y del disfrute de la vida y del conocimiento
se precisa de un plan que involucre a las
secretarías de Turismo, Salud Pública, Industria y
Comercio, Trabajo, a las instituciones de apoyo al
desarrollo de las pequeñas y medianas empresas,
entre otras.
Es decir, este tema es materia excelente también
para los denominados Consejos de Desarrollo
Provincial y Municipal.
Mejorar la oferta en todos los sentidos; darla a
conocer y mejorar las condiciones materiales de
existencia de dominicanos y dominicanas por la vía
del aumento de los ingresos de la familia, la
limpieza y la higiene en general y la preservación
de los espacios turísticos y su entorno son
condiciones indispensables para una promoción y
desarrollo aún mayor del turismo interno en
República Dominicana.