EL RESERVAS: DEL BANCO A JUGAR CONTRA LA
RECESIÓN
Por: Roberto
Rodríguez-Marchena
Martes 10 de Marzo de 2009
Estoy entre los que cree que si se toman las
acciones adecuadas desde el Gobierno, el Banco Central y el Congreso,
las familias y negocios dominicanos podrían salir/evitar la recesión.
Para ello, claro, hay que reconocer que vamos/estamos en recesión y
estar dispuestos cambiar algunas políticas públicas y reforzar y/o
mantener otras que han venido dando buenos resultados.
Digo esto porque el optimismo no es exclusivo de
aquellos y aquellas que aprecian que familias y negocios saldrán
adelante sin tener que hacer cambios; lo es también de otros muchos,
entre los que me encuentro, que están por igual convencidos de que
saldremos adelante pero si cambiamos algunas políticas públicas. La
diferencia no está en la confianza o no en la laboriosidad e ingenio de
los dominicanos y dominicanas, sino en cómo enfrentar la situación.
Recientes declaraciones del secretario de Economía
en Oporto, Portugal, del Superintendente de Bancos en Santiago, así como
las del Gobernador del Banco Central y del Administrador del Banco de
Reservas en rueda de prensa, resultan esperanzadoras.
Si bien es cierto que la República Dominicana tiene
enormes vulnerabilidades por no tener petróleo, disponer de pocas
reservas en dólares, depender sus exportaciones del consumo en los EE.UU.,
de las remesas, del turismo y de las zonas francas y, para mayor inri,
tener un mercado interno pequeño y con poco poder adquisitivo, sin
embargo dispone de una extraña, valiosa y, hasta hace unos años,
impensable fortaleza: los bancos están en buen estado y mejor regulados.
Más aún. Gracias a la resistencia de los banqueros
nacionales, actitud condenada por los organismos multilaterales de
financiamiento en su momento, los bancos extranjeros tienen una
participación mínima en el mercado financiero. De los 600,000 millones
de pesos en activos, el 65% lo poseen dos bancos, uno de ellos el
estatal Banco de Reservas y otro privado.
Sorprendía que esa fortaleza, en particular la del
Banco de Reservas, no fuese mejor utilizada y que privilegiara ir en
auxilio del Gobierno Central y de los gobiernos locales.
Con la decisión de establecer “una tasa especial
para los préstamos dirigidos al sector agropecuario, inmobiliario,
industrial y manufacturero, así como para las micro, pequeñas y mediana
empresas, que van desde un 15 a un 17% (y que) todos los préstamos
hipotecarios aprobados durante este mes por un monto de hasta 12
millones de pesos y por un plazo de 20 años para viviendas nuevas, se
concederán a una tasa de un 15%, que se mantendrá fija hasta el primero
de enero del 2010”, el Banreservas toma la iniciativa. (La cita es de
Diario Libre, 4/3/2009)
Decisión correcta y alentadora que, junto a las
exquisitas facilidades que viene otorgando el Banco Central, despeja el
camino crediticio y cambia la orientación del financiamiento que hoy,
precisamente, criticaba el presidente de ADOZONA.
Que los bancos privados tengan razones para no
prestar a tasas de interés más bajas, nadie las puede objetar pues son
negocios privados, pero el banco estatal, el Reservas, que es un
instrumento de las políticas públicas, estaba obligado a actuar, a tomar
la iniciativa, para ir en apoyo de negocios y familias dominicanas.
Bien ha hecho el Reservas en dejar el banco y
lanzarse al terreno de juego para vencer la recesión.
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