Como si no dijera nada, la asistente del secretario general del Cabildo del Distrito Nacional responde a mi denuncia sobre un garito instalado al lado de mi casa diciéndome que “el Ayuntamiento sólo otorga el Permiso para Uso de Suelo”.
Me quiere decir, desde luego, que el Cabildo no tiene que ver con nada más que pueda ocurrir o estar ocurriendo en el lugar de que se trate y, peor aún, el Ayuntamiento ni siquiera tiene que molestarse en saber qué opinan los vecinos y vecinas del lugar donde se vaya a instalar un negocio antes de otorgar uno de esos permisos.
Pero, ¿es cierto que un Ayuntamiento está para emitir Permisos de Uso Suelo a troche moche por el solo hecho de cobrar el arbitrio correspondiente?
¿Es cierto que no hay que hacer estudios que justifiquen la instalación de cualquier tipo de negocio en un determinado lugar?
¿Es cierto que no se debe consultar al vecindario correspondiente a ver qué opiniones, consideraciones o recomendaciones tiene respecto al negocio de marras?
Y una pregunta no menos grave: ¿Es cierto que tienen Permiso de Uso de Suelo todos esos garitos llamados “colmadones”, “Liquor Stores” (que ya ni siquiera quieren decir “tienda de bebidas”), lavaderos de carro (también denominados car wash en nuestro medio contrahecho) y semejantes que apestan por todas partes y por todo el país?
Si todos esos camaranchones tienen Permiso de Uso de Suelo, entonces la indolencia de nuestras autoridades municipales es la peor peste que pueda caer a la ciudadanía.
Pero si todos esos tugurios operan sin el Permiso de Uso de Suelo correspondiente y a las autoridades municipales ni les hiede ni les huele me quedo sin calificativos para semejante desgracia.
Porque entonces el desmadre institucional de nuestro país es mucho más grave de lo que imaginamos.