Entrevista con el biólogo Richard Dawkins
'DESDE DARWIN, NO SE SOSTIENE QUE UN SER SUPERIOR
HAYA CREADO EL MUNDO'
Al filo del bicentenario de Darwin, qué mejor oráculo al que acudir
que Richard Dawkins, divulgador del evolucionismo, ateo
militante y polemista recurrente en distintos ágoras.
Dawkins es autor de 'El gen egoísta' y 'El espejismo de Dios'. Dos
libros de éxito que reflejan su doble naturaleza de científico
brillante y pensador anticlerical. De hecho, Dawkins ha sido
uno de los principales impulsores en el Reino Unidos de la campaña de
publicidad en los autobuses de Londres con un eslogan a favor del
ateísmo ('Probablemente Dios no existe, así que deja de preocuparte y
disfruta de la vida'), que recientemente se ha iniciado también en
Madrid y Barcelona.
A priori, Dawkins se antoja una persona solícita y agradable. Las
preguntas lo convierten sin embargo en un tipo hosco, desabrido y
gruñón. Lo que sigue es el resumen de una conversación estimulante pero
tensa y difícil.
Pregunta.- ¿Cómo le explicaría la importancia de la teoría de
Darwin a alguien de otro planeta? Respuesta.-
Le diría que logró explicar por qué existimos como seres complicados y
estadísticamente improbables. Antes de él, la gente pensaba que la
complicación, la elegancia, la belleza de las cosas vivas tenían su
origen en un ser superior. Eso fue lo que Darwin destruyó.
P.- O sea que según usted la muerte de Dios es una
consecuencia lógica de la teoría de Darwin.
R.- Yo no iría tan lejos. Diría más bien que,
después de Darwin, la hipótesis de un ser superior que ha diseñado el
mundo deja de sostenerse. Si uno cree en Dios debe hacerlo por otros
motivos, pero no porque lo necesite para explicar el mundo.
P.- ¿Se ha frenado la selección natural en el ser humano?
R.- Tal vez. En mi opinión, quizá es cierto, en el
sentido que casi nunca morimos antes de estar en edad de reproducirnos,
aunque desde luego hay todavía cierta selección natural en lo que
respecta a las enfermedades.
P.- Hay quien dice también que ese freno a la evolución
biológica ha dado paso a una evolución cultural.
R.- Quizá. Aunque la evolución cultural la mueven
resortes similares a los de la evolución biológica. Nuestros cerebros y
nuestros sistemas nerviosos están moldeados por siglos de selección
natural.Uno puede encontrar los orígenes de cosas como el deseo sexual o
la búsqueda de estatus en nuestro proceso evolutivo.
P.- Pero los seres humanos hacemos cosas en contra de
nuestros instintos de reproducción y supervivencia. Pienso en el
suicidio, los deportes de riesgo o el matrimonio gay.
R.- El suicidio o el matrimonio gay no son por
supuesto lo mejor para la supervivencia de los genes de uno, pero creo
que éstas no son excepciones muy importantes. La especie humana es una
especie muy peculiar. No es bueno concentrarse en ella si uno quiere
entender la teoría de Darwin.
P.- ¿Somos esclavos de nuestros genes?
R.- No.
P.- ¿Y pesan los genes más o menos que el ambiente en el que
crecemos?
R.- Hoy la ciencia ya sabe qué parte de nuestras
diferencias corresponde a nuestros genes y cuál pertenece a factores
externos como la nutrición, la cultura o la educación. Y hay cosas que
parecen ser más resistentes a la variación ambiental. Lo atestiguan las
investigaciones sobre gemelos. Los rasgos de la cara suelen ser iguales
se eduquen donde se eduquen, pero también la orientación sexual, la
irritabilidad o el cociente intelectual.
P.- Si luchamos por sobrevivir y reproducirnos, ¿por qué el
altruismo?
R.- Es una pregunta que durante años fascinó a los
científicos. Las respuestas más aceptadas son el parentesco -tratamos
bien a quienes tenemos cerca- y la reciprocidad -tratamos bien esperando
algo a cambio-.
P.- ¿Y la religión? ¿Tiene también un origen evolutivo?
R.- En mi opinión, es el producto secundario de
diversas predisposiciones psicológicas del ser humano. Cosas como la
tendencia a respetar la autoridad, que podría tener ventajas evolutivas
en una especie como la nuestra.
P.- Usted ha escrito: «Darwin hizo posible que yo fuera un
ateo intelectualmente realizado». ¿A qué se refiere?
R.- Antes de Darwin, cada vez que uno miraba el mundo veía
alrededor una presencia masiva de pruebas de que alguien lo había
diseñado. Y eso hacía muy complicado ser ateo. Fue Darwin quien hizo
mucho más fácil serlo, al descubrir que era la selección natural lo que
movía el mundo.
P.- Pero él no era ateo.
R.- El decía que era un agnóstico porque pensaba que
le aceptarían mejor si se llamaba así. Pero Darwin era tan ateo como lo
soy yo. Nadie puede demostrar que no existe Dios. Sólo que no hay una
sola evidencia de ello. Pero la carga de la prueba debe recaer en
aquéllos que creen en algo que tiene las mismas probabilidades de
existir que un hada o un unicornio.
P.- Como sabrá, hay autobuses ateos circulando por las calles
de Madrid y Barcelona
R.- Lo sé y estoy encantado. Creo que es muy bueno
que los creyentes se den cuenta de que no todos los somos y que no
tenemos por qué serlo.
P.- Hay quien dice que la campaña está creando más creyentes
que ateos.
R.- Lo importante es que la gente piense por sí
misma. Usted sugiere que cuanto más le den vueltas al asunto, más
religiosos serán. Francamente, si eso sucede, me sorprendería.
P.- ¿Por qué es tan difícil para la especie humana
deshacerse de la religión?
R.- Por ignorancia. Muchas personas son el producto
de un adoctrinamiento infantil que les presenta como un hecho que Dios
existe.
P.- La ignorancia puede ser un factor en algunos casos. Pero
no todos los creyentes son ignorantes. Hay creyentes que son filósofos,
matemáticos o biólogos.
R.- Por supuesto. Y no estoy hablando de ellos. En
el caso de muchos científicos, habría que ver qué es aquello en lo que
realmente creen y podría ser que sólo sean creyentes en el sentido
panteísta de Einstein. Los científicos cristianos, supongo, lo son por
un adoctrinamiento infantil que no son capaces de sacudirse.
P.- ¿Le merecen las grandes religiones el mismo respeto que
los hechiceros de las tribus africanas?
R.- Exactamente el mismo. En ninguno de los dos
casos hay pruebas de que aquello en lo que creen exista. Por eso merecen
el mismo grado de respeto. Es decir, cero.
P.- A la luz de las cantatas de Bach o de las catedrales, ¿no
cree que el cristianismo ha tenido algunos efectos positivos?
R.- No hay duda que la religión ha inspirado un arte
extraordinario. Pero eso no convierte una religión en verdadera. Ahora
bien, yo creo que cuando uno vive en una cultura cristiana, como
nosotros, es importante que los niños aprendan sobre la cultura en la
que viven. Uno no puede apreciar la Historia ni la literatura europea si
no ha leído la Biblia o ha recibido nociones de arte sacro.
P.- O sea, que en su opinión esas cosas deben enseñarse en
las escuelas.
R.- Por supuesto que sí. De lo que no estoy a favor
de adoctrinar a los niños ni de etiquetarlos como niños católicos o
musulmanes.
P.- Hay quien dice que el lema de sus autobuses es arrogante.
Presupone que sólo los que no creen disfrutan de la vida.
R.- Ojalá haya católicos que disfrutan de la vida.
Ojalá no sigan aterrorizando a los niños con cuentos sobre el fuego del
infierno o mintiendo a sus feligreses sobre la eficacia de los métodos
anticonceptivos.
P.- Hay gente que lo acusa a usted de referirse siempre a los
elementos más radicales de la religión y de ignorar a los más liberales.
R.- Los profesores de teología, por supuesto, no
defienden muchas de esas cosas. Pero en el día a día no tratamos con
profesores de teología. Hay cientos de miles de personas que creen
literalmente en el libro del Génesis o en el infierno.
P.- O sea, que según usted la mayoría de las
personas religiosas son radicales, no liberales.
R.- Sí. Y eso es muy preocupante.
P.- Pero hay creyentes cuyo empeño ha hecho mejor el mundo.
Desmond Tutu, Teresa de Calcuta...
R.- Desmond Tutu es una buena persona. Nadie que
haya leído su vida puede decir lo mismo de Teresa de Calcuta. A mí me
parece que era una mujer malvada. Ella creía que era muy buena, pero no
le importaba nada el sufrimiento de las personas. Lo único que quería
era convertirlas.
P.- ¿Y Gandhi? Era religioso también.
R.- Quizá. Pero es irrelevante. Hay buenas y malas
personas, crean o no crean en Dios. No creo que sea una buena idea
predicar mentiras aunque algunas de las personas que las crean sean
buenas personas. Lo que cabe preguntarse es si la religión suele hacer
mejores o peores personas.
P.- ¿En qué sentido?
R.- En mi opinión, hay una semilla en la religión
que lleva al ser humano a hacer cosas terribles. Fíjese en los
terroristas del 11-S. Al secuestrar aquellos aviones, todos creían que
hacían la voluntad de Dios. En el ateísmo es imposible encontrar la
semilla de una cosa así.
P.- Hitler y Stalin eran ateos.
R.- Stalin era ateo, pero ninguna de sus atrocidades
son la consecuencia lógica de ese ateísmo sino de su marxismo. Una
ideología que, por cierto, tiene mucho que ver con la religión. Hitler y
Stalin establecieron en sus estados una especie de religión y de culto a
su personalidad. Eso no es ateísmo.
P.- Aparte de la de los autobuses ateos, ¿tiene alguna otra
campaña en mente?
R.- Me encantaría hacer una en contra del
adoctrinamiento a los niños en los colegios religiosos y contra el hecho
de que al hijo de unos padres católicos se le etiquete como a un niño
católico. Etiquetar a un niño es malvado.
P.- O sea, que según usted los padres no tienen derecho a
educar a los niños según sus creencias.
R.- No he dicho eso. Yo hablo de etiquetar a los
niños. De decir que un niño es católico o musulmán cuando no se dice que
es un niño marxista o un niño derechista. Lo que yo quiero es que la
religión reciba el mismo trato que los partidos políticos o los equipos
de fútbol.
P.- ¿Y su hija? ¿Es atea?
R.- Sí. Supongo que sí, pero eso a usted no le
importa.
P.- ¿Y usted la educó en el ateísmo?
R.- Eso a usted tampoco le importa. Es un asunto
privado.
P.- Pero supongo que a los lectores les gustará saber si
usted predica con el ejemplo o ha adoctrinado a su hija.
R.- Está bien. Contestaré a su pregunta. Yo le
escribí una carta cuando tenía 10 años en la que le animaba a pensar por
sí misma y eso es lo mejor que un padre puede hacer por su hija.
P.- Hay gente que no comprende su voluntad de extender el
ateísmo. Gente que piensa: «Señor Dawkins, probablemente Dios no existe.
Así que deje de preocuparse y disfrute de su vida». ¿Qué les diría?
R.- Les diría que lo que de verdad me apasiona es la
verdad científica y que lo que deseo es abrir los ojos a la gente sobre
el hecho maravilloso de su propia existencia. Mientras el
adoctrinamiento religioso interfiera en el conocimiento de esa verdad
científica lo combatiré. No le quede duda.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/
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