¿DEFENSORES DE LOS TRABAJADORES?
Por: Ramón Tejeda Read
Jueves 11 de Diciembre de 2008
De repente los trabajadores tienen defensores a
diestra y a siniestra.
Toda la oposición truena contra la idea de que el
gobierno pueda conseguir la modificación de la Ley que regula los fondos
de pensiones con el propósito de que una parte de los mismos pueda ser
empleada en inversiones de beneficio a la ciudadanía.
Pero ese tronar oposicionista y esa supuesta
defensa de los fondos de pensión de los trabajadores tiene cocorícamo.
Durante la última gestión del Partido
Revolucionario Dominicano, por ejemplo, trabajadores y pueblo en general
padecieron los rigores de una crisis económica que llevó el costo del
dólar a 60 pesos por uno y a una inflación que mutilaba de manera
salvaje los ingresos de esos trabajadores.
Para entonces no oímos tronar las voces de los
ahora líderes de oposición contra la desvalorización del peso y la
inflación que se tragaba los ingresos de toda la ciudadanía.
Sobre los mismos ciudadanos se lanzó el peso del
“rescate” de los bancos quebrados; se utilizó dinero público para
“rescatar” fortunas, pero entonces no había que pensar en lo que
significaría para los trabajadores y para toda la ciudadanía aquel
“hoyo” que se abría en el corazón de la economía del país.
Ahora sí hay que pensar en esos trabajadores, todo
porque el jefe del Estado insinúa, con razón, que se puede hacer mejor
uso de los fondos depositados en las AFP.
Hasta ahora, los 68 mil millones depositados en
aquellas instituciones no benefician más que a las mismas
administradoras que cobran la intermediación y a las que la Ley faculta
para hacer inversiones hasta cierto monto destinando un porciento a los
mismos fondos, hasta donde tengo conocimiento.
Lo ideal hubiera sido que desde el mismo inicio del
sistema esos fondos hubieran ido a las instituciones bancarias del
Estado y así la primera beneficiaria de las transacciones a hacer con
tales fondos lo hubiera sido la ciudadanía en general.
Pero el palo dao a veces ni María Santísima lo
quita, dicen por ahí, y lo mejor es buscar ahora una fórmula que —
quizás sin llegar a la radicalidad de la Presidenta de Argentina
—permita que los trabajadores y el pueblo en general puedan beneficiarse
más del ahorro nacional.
La Presidenta Cristina de Kirchner advertía de lo
injusto que era que las AFP argentinas cobraran un 7 por ciento de
intermediación financiera que el Estado reduciría a 2 por ciento en
beneficio de los propios ahorrantes del sistema de pensiones y
jubilaciones.
Mirarnos en el espejo argentino y de otros países
no nos haría nada mal. La supuesta infalibilidad del mercado y de los
administradores privados ha quedado muy en entredicho recientemente.
¿Dónde están Lehman Brothers, Bear and Stern,
Morgan and Stanley y muchísimos otros que no tienen tanto nombre pero
que igualmente están quebrados?
¿Quién hubiera dicho que el tan vilipendiado Estado
que administra los fondos públicos, en maniobra además imperdonable, iba
a tener que ir en socorro de las instituciones financieras antes
dechadas de todas las virtudes de la eficiencia?
Virtudes ninguna. Lo que revelaron pronto fue la
codicia con que se repartían el ahorro nacional en sueldos astronómicos
y en comisiones y gastos obscenos.
La oposición dominicana haría mejor con usar sus
fuerzas en mejores causas, si es que le queda alguna todavía.
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