¿DEBILITANDO LOS
INGRESOS PÚBLICOS SE INCENTIVA LA CONSTRUCCIÓN?
Por: Roberto
Rodríguez-Marchena
Martes 19 de Mayo de 2009
Hace unos días el gobierno
dominicano anunció que liberaría a las empresas constructoras de ciertos
impuestos que pagan al adquirir materiales de construcción para
estimularlas a construir viviendas económicas cuyo valor no sobrepase
1.4 millones de pesos. También se habló de solicitar al Banco Central la
creación de un mecanismo que baje y congele la tasa de interés por tres
años en beneficio de los adquirientes. Y que estas medidas las
ejecutaría transitoriamente por decreto a la espera de que los
legisladores sancionen favorablemente un proyecto de ley sometido que
contiene los beneficios antes mencionados.
De inmediato, tal como consignó
el diario Hoy en su edición del 13 de este mes, fabricantes locales
advirtieron que tales “exenciones impositivas podrían alterar el mercado
interno. Expresaron su preocupación de que esta vez se vuelva a repetir
la práctica muy conocida de gente que se aprovecha de esas medidas para
generar en el mercado una competencia desleal en perjuicio de la
industria local. La realidad es que no puede haber en un mercado el
mismo producto con dos tratamientos fiscales diferentes, según sea su
uso. Bastaría con recordar lo ocurrido con el gas licuado de petróleo”,
señalaron.
Al día siguiente, a través del
mismo diario, las industrias vinculadas a los materiales de construcción
“propusieron un mecanismo para evitar distorsiones en el mercado de los
materiales de la construcción y facilitar la decisión gubernamental de
incentivar la construcción de viviendas económicas. La propuesta
consiste en que ‘cuando el constructor venda la casa descuente al
adquiriente el equivalente al ahorro que se produciría con las
exenciones. Y una vez hecha esa transacción, el Gobierno le dé un
crédito tributario por esa suma’’.
La preocupación de los
fabricantes locales o importadores es perfectamente atendible. Han
tenido además la inteligencia de proponer un mecanismo en el que se le
busca la vuelta a la decisión gubernamental y no perjudica.
Llama la atención, sin embargo,
que el gobierno toma esta decisión en un momento en el que sus
recaudaciones no andan bien y que sus más altos funcionarios de Economía
y de Hacienda andan rompiéndose la cabeza a ver quién en el exterior
puede prestarle dinero al país.
Pero además, ¿ha comprobado el
gobierno que la paralización del sector de la construcción se debe a la
escasa o nula rentabilidad de las empresas constructoras que amerite ir
en su auxilio con exenciones de impuestos?
¿Es esa la política de
construcción que debe llevar el gobierno en este momento?
¿Se ha preguntado el gobierno
porqué los bancos privados y el estatal Reservas no bajan
suficientemente las tasas de interés y prefieren no prestar?
¿Es esa la ayuda que los
ingenieros y sus empresas constructoras necesitan del gobierno?
¿No es preferible que las
viviendas económicas las construya el gobierno?
¿No es el disminuido poder de
compra de los dominicanos y dominicanas el que impide la adquisición de
viviendas?
¿A quiénes se les debe bajar los
impuestos, a las empresas constructoras o a los adquirientes de
viviendas?
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