CUMBRE Y POLÍTICA
Por: Rafael Sánchez Cárdenas
Viernes 30 de Enero de
2009
El Presidente Fernández ha convocado, en estos
días, a una “Cumbre de las Fuerzas Vivas”; que congrega al gobierno,
partidos políticos, empresariado, iglesias, sindicalistas y sociedad
civil. La crisis económico-financiera aporta el motivo. La
gobernabilidad, en lontananza, semeja un borracho.
Olas de despidos se expanden por todo el planeta.
Las grandes corporaciones anuncian recortes de plantillas
escalofriantes: Siemens 16,000; Microsoft 5,000; Boeing 10,000; Star
Bucks 7,000; Volvo 1,800. En fin, sólo en el 2008 E.U. perdió 2,000,000
(dos millones) de empleos, y la tendencia continúa. Los países marchan,
en recua, a un desastre. Ya se anuncian doscientos millones de pobres
más, según la ONU.
El huracán que se insinúa está llamado a mover,
también, los cimientos sociales y económicos del país. El sismo va para
todos. Lo trágico es el drama de la pobreza nacional, a la que la
presente crisis arrancará las migas con las que sobrevive. Como film de
Hitchcock.
Toda búsqueda de consenso, hoy, será legitimada.
Procurar divisiones, caos y reclamos formales, no de fondo, desafecto.
El País necesita confianza, seguridad, en este trance, que no es desfile
de campeones de béisbol.
Algunos, mirando la turbidez de las aguas, se han
llegado a creer que sus márgenes de maniobra son dilatados, que se puede
jugar a todo. La confianza de una Nación tiene en su liderazgo político
y económico-social a sus principales responsables. Una responsabilidad
que se comparte más, cuanto mayor es la amenaza a la Nación y a su gente
más desvalida, a la que se dice representar.
El PRD ha rechazado el reto. De argüir sus puntos,
de hacer saber y plantar el pavimento de la ruta de sus ideas. De todas.
El diálogo que se propone no puede ser cerrado a nada discutible o al
menos defendido por parte significativa de la sociedad. Pero no voceando
desde la otra orilla del río los argumentos e ideas. Una guerrilla al
Diálogo, como en los viejos tiempos: el motín, el panfleto, la bocaza.
Otras son las circunstancias.
La negación ocurre, además, en medio de una
rencilla de grupos tal, que impide a los órganos oficiales del Partido
ejercer lo institucionalmente facultado a su Comisión Política. Que está
obligada a tomar una decisión franca sobre el tema planteado. No puede
escurrirse como arroyito ingenuo. ¿O no se tiene conciencia de lo que en
realidad representan?. El País reclama su concurso en el Diálogo, no
importa la dureza de sus puntos. Lo razonable debe entenderse. No
reclamemos la institucionalidad que no podemos aportar entre nosotros
mismos.
A pelear!, bien, pero todos presentes y con
respeto. La constancia vale.
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