CHÁVEZ Y LA NUEVA FORMA DE HACER POLÍTICA
27 de diciembre de 2007
Hasta ahora los recursos naturales de casi todos
los países del llamado Tercer Mundo sólo han dado enormes beneficios a
las empresas transnacionales que los han usufructuado década tras
década en complicidad con sus socios locales.
Los miles y miles de millones de dólares generados por el petróleo
árabe, por ejemplo, no han servido sino para afianzar el dominio de tres
o cuatro empresas transnacionales y un grupito cómplice local que se
señorean sobre una masa de pueblos hambrientos y divididos por los
mismos grupos de poder.
Con el petróleo mexicano ha ocurrido lo mismo y con el petróleo
venezolano ocurría lo mismo también, hasta que Hugo Chávez llegó al
Poder.
¿Para qué han servido las enormes riquezas extraídas de Africa si los
pueblos de aquel continente infeliz languidecen en el hambre y el
abandono?
Pues las inconmensurables riquezas extraídas de allí se encuentran hoy
repartidas en Inglaterra, Alemania, Francia, Estados Unidos, etcétera.
Aquí mismo, ¿para qué han servido el oro extraído de las minas de Cotuí,
la bauxita extraída de Pedernales o el ferroníquel de Bonao?
La respuesta se consigue yendo a aquellos pueblos y andando sus cordones
de miseria.
Todo ese amargo recuento viene a propósito de la recién celebrada Cumbre
de Petrocaribe, un acuerdo que facilita petróleo venezolano a los países
caribeños y a Bolivia, Argentina y Uruguay en condiciones de
solidaridad.
El petróleo de la tierra de Bolívar no es hoy un instrumento de
explotación, sino de solidaridad. Así, aunque el precio del oro negro
ronda los cien dólares, nuestros países reciben un financiamiento a 25
años, al 1 por ciento de interés, del 40 por ciento de su factura.
Más aún, la deuda que se acumula podrá ser pagada a Venezuela en bienes
y servicios y el 60 por ciento de la deuda a corto plazo de hecho se
paga en un período que oscila entre los 30 y los 90 días. Una formidable
oportunidad para la agropecuaria, por ejemplo.
No en vano desde ciertos sectores de poder mundial se ha orquestado una
campaña tan brutal contra el mandatario venezolano que les ha aguado la
fiesta y el negocio colosal a unas cuantas empresas transnacionales y a
los grupitos locales asociados.
El Presidente Leonel Fernández ha valorado correctamente el servicio del
gobierno venezolano a nuestros pueblos y ha solicitado que la próxima
Cumbre de Petrocaribe se celebre en República Dominicana y todos debemos
felicitarle por esa postura.
Del mismo modo, hay que advertir que lo que está en marcha en Venezuela
es una nueva forma de gobernar, una de cuyas manifestaciones
fundamentales es poner al servicio de todos los venezolanos y
venezolanas los ingentes recursos naturales con que han sido favorecidos
por la Naturaleza y que antes eran usufructuados por pandillas de
corruptos.
De paso, el proceso venezolano desborda la patria chica para tender la
mano solidaria a la patria grande y hermosa que Martí llamó Nuestra
América.
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