CAMBIOS EN EL GABINETE
Por: Roberto
Rodríguez-Marchena
Lunes 17 de Agosto de
2009
Tal como se rumoraba, el presidente de la República
ha dispuesto cambios en su gabinete. No voy a referirme a ninguno en
particular, porque lo prudente es esperar el rediseño completo, que haya
terminado, para apreciar la magnitud de la reingeniería presidencial, y
saber qué tanto escuchó, y, más aún, que es lo importante, cómo evalúa
el Presidente el impacto de las políticas públicas de su gobierno.
Al final, lo sabremos. Hay que esperar.
Por lo pronto hay que decir que es normal, que en
cualquier país del mundo, la población pida/desee cambios y reclame al
presidente o primer ministro la salida de tales o cuales funcionarios o
ministros a los que responsabiliza de determinadas acciones o políticas
públicas que hacen daño o no funcionan. Y ser complacida.
Un gobernante inteligente -el nuestro lo es- estará
siempre atento a las señales que vienen desde la población. Porque es la
manera que tiene ella de decirle “esto no funciona” o "tu ministro,
fulano de tal, no está haciendo bien las cosas o toma medidas que nos
afecta o es indiferente a nuestro afán diario".
Habría que decir también o agregar, que al reclamar
la destitución de un funcionario, la población no sólo está expresando
su insatisfacción con la persona, sino y más que nada con las políticas,
con las acciones que venía aplicando ese funcionario.
Me explico.
La población, como receptora, beneficiaria o
víctima de las políticas públicas, recorre un camino inverso al del
gobernante: pide la destitución del funcionario con la ilusión de que
cesen las medidas o cambien las políticas que venía aplicando ese
funcionario y que sentía que le perjudicaban. Razona así: "Presidente,
primero quite ese funcionario y ponga otro, el que usted quiera, pero
que no dañe mi negocio/mi familia".
El gobernante democrático –y el nuestro lo es-, en
cambio, primero acepta/decide cambiar de política, acepta poner en
ejecución una nueva política y luego escoge al ciudadano que le parece
el más adecuado y dispuesto para ejecutar su nueva orientación.
Ojalá los recién designados sepan y entiendan
porqué y para qué fueron nombrados.
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