BUSINESS IN BUSINESS
Por: Roberto
Rodríguez-Marchena
Martes 16 de Junio de 2009
Adelanté ayer, a partir de hechos perfectamente
comprobables y mencionados por mi, lo que podría significar para
República Dominicana aprovechar mejor Petrocaribe. Los países caribeños
que así lo han hecho han recibido cuantiosas inversiones del Estado
venezolano para ampliar o crear infraestructuras de almacenamiento,
distribución o refinamiento de petróleo.
“Se proyecta expandir la planta para aumentar su
capacidad, ampliar la capacidad de refinación en Dominicana”.
(Declaraciones de Rafael Ramírez, ministro de Energía de Venezuela y
presidente de PDVSA, al comentar la anunciada adquisición por el Estado
venezolano del 49% de las acciones de la Refinería Dominicana de
Petróleo –REFIDOMSA-. El Universal, Caracas, 12/6/2009)
¿Esas inversiones las ha hecho Venezuela en otros países caribeños y
haría proximamente en el nuestro con el oculto propósito de poner en
peligro la soberanía económica y la seguridad del Estado dominicano?
La respuesta no es ni política ni ideológica: necesidad operativa y de
negocios de Venezuela y República Dominicana.
Aunque todavía no se conocen los detalles de lo tratado y acordado, es
de suponer que República Dominicana comunicó a Venezuela su deseo de
comprarle más petróleo para aprovechar las ventajas crediticias que
ofrece Petrocaribe y que son, vale recordar, 90 días para pagar el 50%
de la factura y el otro 50%, dos años de gracia, pagaderos en un período
de hasta 25 años, con una tasa de interés fija de 1%. Asumamos que la
solicitud dominicana consistió en comprarle 75 mil u 80 mil barriles
diarios, no los 30 mil o 35 mil barriles de petróleo diarios que ha
venido comprándole hasta este momento. (El consumo de República
Dominicana es entre 130 mil y 140 mil barriles diarios de petróleo).
¿La reacción de Venezuela? Positiva. (Su negocio es vender petróleo). De
inmediato habrá querido Venezuela conocer la capacidad de recepción y
almacenamiento de combustibles de República Dominicana –probablemente lo
sabía ya, así como la salida de Shell de Refidomsa-; por igual la
disposición dominicana de participar de los planes venezolanos para
ampliar la capacidad de refinación de petróleo en el Caribe para suplir
el mercado norteamericano. Hay un déficit de refinerías en la zona y
Venezuela es uno de los principales suplidores de petróleo de los EEUU y
el Caribe.
¿No le suenan posibles y creíbles estas palabras?: “Tú quieres más
petróleo Leonel, muy bien, lo tendrás; vamos a refinarlo allá, mejoremos
las instalaciones que ya son dominicanas en 100%; Venezuela aporta el
dinero y la tecnología; quizás podamos exportar a los EEUU, Puerto Rico
y otras islas vecinas”.
Lo que algunos economistas, adversarios políticos de Hugo Chávez y
Leonel Fernández, descalifican como una maniobra urdida para vulnerar la
independencia energética dominicana –que nunca ha existido-, poner en
peligro la soberanía económica y la seguridad del Estado, resulta ser un
puro negocio de conveniencia mutua entre dos Estados.
Business is business. Lo demás, especulaciones políticas.
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