BOLÍVAR Y BOSCH POR VENEZUELA
Nuestro país tiene una deuda de gratitud con el gobierno y el pueblo
venezolanos que—dicho sea de paso, y en justicia—el presidente Fernández
reconoció en la última Cumbre de Petrocaribe.
Se trata de que el gobierno dominicano no tiene un agobio mayor con la
subida del precio del petróleo en el mercado internacional porque el
gobierno del presidente Hugo Chávez suministra una parte importante del
carburante con pagos diferidos y financiado a 25 años y a un uno por
ciento de interés. Este diferimiento en los pagos es un gran alivio para
las finanzas públicas dominicanas.
Muy pocas veces se ha visto un acto semejante de solidaridad entre
Estados y gobiernos.
Pero he aquí que nuestro sentimiento de gratitud hacia aquel pueblo y
aquel gobierno debe acrecentarse, pues en los planes de recuperación de
la memoria histórica, de promoción de la lectura a través de las
bibliotecas populares que se esparcen por Venezuela por decenas
República Dominicana viene a jugar un papel estelar.
Y es que el gobierno del presidente Chávez pronto pondrá en circulación,
en un acto oficial, dos libros de Juan Bosch que se han impreso para
aquellas bibliotecas en número de a cincuenta mil cada uno, para
comenzar.
Se trata de Bolívar y la guerra social y de Bolívar. Una biografía para
escolares.
Ambos libros serán repartidos entre los escolares venezolanos de manera
gratuita.
Pero eso no es todo. El gobieno bolivariano ha anunciado la impresión
de otra obra fundamental de Bosch: De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El
Caribe, frontera imperial en tirada formidable de cien mil ejemplares
con igual propósito que los anteriores.
Los venezolanos cantan hoy un hermoso estribillo transido de
significados y evocaciones: “Alerta, alerta, alerta que camina/ la
espada de Bolívar por América Latina”.
Y no es menos de ahí. La espada del pensamiento de “el hombre águila y
rayo”, como llamó José Martí a Simón Bolívar, camina hoy por América
Latina y qué bueno que anda acompañada de un dominicano que lo estudió,
lo admiró y lo siguió: Juan Bosch.
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