BOCHORNOSA SITUACIÓN
Por:
Fernando Peña
Lunes 30 de Junio del
2008
El flamante presidente de la
Cámara de Diputados, Julio Cesar Valentín, lo dijo clarito: “los
diputados a partir de mayo pasado se aumentaron su salario”, ascendente
a 58 mil 491 pesos, o sea, el equivalente al 55 por ciento del salario
que devengaban hasta esa fecha.
Ahora el salario de los
sacrificados legisladores será de 175 mil 474 pesos con 75 centavos
mensualmente, a eso hay que agregar los incentivos, dietas, gastos de
representación, exoneración de vehículos, pago de chofer, secretarias,
los salarios que cobran sus allegados (su pequeña nominilla), y el
sustancial y controvertido barrilito, que no es más que una jugosa suma
de dinero mensual que se le entrega “bajo facturas” para promoverse en
sus comunidades, bajo el alegato de ayuda social, etc.
Se aumentaron el salario a lo
calladito….ahora fue que se supo, fue un aumento salarial escondido.
Uno no puede más que indignarse,
porque un empleado público, un empleado privado recibe sueldo de hambre,
nuestros profesionales de la diferentes ramas, por ejemplo los médicos,
llevan años exigiendo, luchando, mendigando un aumento salarial que
nunca llega, así mismo pasa con los maestros, con las enfermeras, etc.
Los militares, que arriesgan sus
vidas combatiendo la delincuencia en nuestras calles inseguras perciben
un sueldo de miseria, que no le da para llevar comida, educación ni
salud a sus hijos y esposas. Por ello muchos terminan apadrinando a los
delincuentes.
Dice el presidente de la Cámara
de Diputados que los recursos destinados a ese aumento salarial es fruto
del ahorro que ha hecho el organismo. Pero se le olvidó al honorable
Julio Cesar Valentín que esos recursos se nutren de las contribuciones
pagadas por la ciudadanía. Dinero recibido de las contribuciones que
pagamos los que generalmente ganamos significativamente mucho menos que
ellos.
Solo nos falta que se presenten
como víctimas de la carestía, de los aumentos de la gasolina y de los
artículos de primera necesidad.
El deber de esos honorables
diputados era haberse congelado automáticamente sus salarios, el haber
anunciado al país la entrega de todos los privilegios y beneficios
económicos que reciben por representarnos, haber entregado el barrilito
o superbarril.
Todo eso nos preocupa, nos
indigna, pero más nos preocupa que este pueblo, sus instituciones
representativas, los periodistas y medios de comunicación, nada hagan
para cambiar las cosas. Hay una complicidad del silencio. Se habla de
todo, menos de la crisis que nos abate.
No tenemos a dónde voltear y
solo nos queda preguntarnos como lo hiciera Chespirito: “Oh… y ahora.
¿Quién podrá defendernos?”
El Autor es Periodista.
Frontera25.blogspot.com
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