BAJÓ EL PETRÓLEO. ¿AHORA QUÉ?
Roberto Rodriguez-Marchena
Viernes 12 de Septiembre de 2008
¡Qué alivio! El barril de Texas se cotizaba esta tarde a US$102.61.
Llegó a costar US$147 en abril. (El euro bajó a 1.3882 por dólar).
Como los ministros de energía y petróleo de los países exportadores
reunidos en congreso recientemente en Madrid dejaron claro que el precio
del barril –sin especulación- debía rondar los US$90 (también lo dijo
aquí Leonel Fernández), es poco lo que falta.
¿Cesó la especulación? Unos explican que cayó la demanda; otros agregan
que fue desestimulada al no producirse el varias veces anunciado ataque
israel o-norteamericano a Irán y al resurgimiento de Rusia como
contrapeso a partir de la fallido intento georgiano por controlar el
gasoducto del sur.
Queda, sin embargo, el inmenso daño que causó a millones de negocios y
familias en el mundo y a las finanzas públicas de países no productores
como República Dominicana.
Los diarios europeos y norteamericanos anuncian felices que la inflación
ha parado de subir y un buen respiro.
Pero el asunto no es tan sencillo y el alivio, pasajero.
Creer (o hacer creer), que el alza especulativa del petróleo fue el
pecado original que condenó al ostracismo el bienestar ciudadano, pudo
ser útil para vender la idea de la agresión externa al “perfecto” estado
de cosas interno o para lidiar con la gobernabilidad de negocios y
familias irritados por el alza de precios, caída en las ventas y de los
ingresos.
Útil mientras, no después. La historia y la realidad actual están ahí
para confirmarlo.
Bajó el precio petróleo, ¿qué queda? Todo lo demás: la casa hipotecada,
el carro hipotecado, bajos ingresos familiares, escasez de empleos, la
tarjeta de crédito reventada que no pasa más, alimentos caros, educación
de mala calidad, salud precaria, ausencia de transporte colectivo,
inseguridad ciudadana, agropecuaria poco productiva, industrias operando
a mediana capacidad y pérdida de confianza en los gobiernos.
Lo demás está, sigue, ahí, impertérrito y agravado.
Despejado el cielo tras el paso del huracán precio del petróleo, surge,
quisiera creer, la oportunidad de que se le ponga atención a todo lo
demás.
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